Durante años, el negocio de transformar el gas y el crudo en los productos químicos utilizados para fabricar de todo, desde bolsas de plástico hasta pintura, fue mayormente el rincón aborrecido de las petroleras más grandes del mundo. Ahora, resplandece y protege a empresas como Exxon Mobil Corp. y Royal Dutch Shell Plc de la peor caída en los precios de la energía en una década.
"Los productos químicos están volviendo a cobrar visibilidad", dijo Simon Henry, director financiero en Shell.
Ahora que la mayoría de las grandes compañías petroleras pierde dinero en sus unidades de producción y exploración, los petroquímicos se han convertido en una de las mayores fuentes de ingresos.
El negocio petroquímico se ve impulsado por el mismo factor que está agobiando a las unidades de producción y exploración: los bajos precios del petróleo y el gas. Efectivamente, la energía barata se traduce en materias primas baratas y mayores márgenes.
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