Goldman Sachs realizó una investigación interna de transacciones hechas por un empleado que generó 250 millones de dólares negociando bonos chatarra, y descubrió que no violaban una prohibición de compraventa para la propia cuenta del banco, según personas con conocimiento de esa situación.
El personal de cumplimiento normativo del banco revisó las negociaciones de Thomas Malafronte para asegurarse que la compañía pudiera defenderlas ante una pesquisa regulatoria, según dos de las personas, quienes pidieron mantener el anonimato al hablar de la examinación confidencial.
Malafronte atrajo atención el mes pasado cuando informes de prensa dijeron que generó más de 100 millones de dólares previamente en el año negociando la deuda de firmas y minoristas de energía con categoría de chatarra.
Su éxito lo posicionaba entre los operadores más exitosos este año en los grandes bancos de Wall Street.
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