Economía

Fed teme que guerra comercial con China repercuta en la inflación

En las minutas de la Reserva Federal, la mayoría de los integrantes del Banco Central estadounidense estimaron que los conflictos comerciales podrían mermar el crecimiento económico nacional.

Una guerra comercial obligaría a la Reserva Federal a decidir entre combatir la desaceleración del crecimiento económico o el alza de precios. Su foco por ahora está muy claro.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha propuesto gravar con nuevas tarifas las importaciones de acero y aluminio, excepto para los envíos de algunos de los aliados del país; y ha amenazado con medidas adicionales a productos chinos por hasta 150 mil millones de dólares.

Un alza y ampliación de las tarifas elevaría los precios de los productos afectados, alimentando potencialmente la inflación en Estados Unidos, mientras que debilitaría la actividad económica al golpear la confianza de los consumidores y restringir las condiciones financieras.

Actas de la reunión de política monetaria del Banco Central del 20 y 21 de marzo, publicadas el miércoles, mostraron que "una fuerte mayoría de los miembros (del consejo) veían un riesgo de medidas de represalia de parte de otros países, así como otros problemas e incertidumbres asociados con la política comercial, como un riesgo a la baja para la economía estadounidense".

Para funcionarios de la Fed, esos riesgos superan con creces el impacto del alza puntual de precios por el aumento de las tarifas a las importaciones.

Los efectos en la inflación serían similares al que produjo el aumento del precio del petróleo en 2011, así como un colapso en 2014. Esto es, como les gusta decir, un golpe 'transitorio' con escasas implicaciones para las tasas de interés.

Mark Wright, director de investigación de la Fed de Minneapolis, dijo en una entrevista que "hasta ahora no está claro que se vaya a producir una diferencia lo suficientemente grande para provocar un cambio significativo en nuestras políticas. El impacto en la inflación sería puntual y por lo tanto no esperaríamos que afecte en el mediano y largo plazo. La mayor preocupación para nosotros es el efecto en la economía".

Los investigadores de la Fed de Dallas estimaron, en un análisis del 4 de abril, que las tarifas propuestas reducirían el producto interno bruto de Estados Unidos en un cuarto de punto porcentual a largo plazo.

Pero una guerra comercial expandida, que involucre a la Unión Europea y China y un rango más amplio de importaciones, podría reducir el PIB en 3.5 por ciento.

Es una pregunta difícil de responder con precisión. Parte del problema es que los modelos utilizados por la Fed para sus proyecciones están fuertemente orientados a la economía interna, mientras que los elementos para analizar los componentes internacionales son menos sofisticados.

Esto podría reflejar parcialmente la política comercial que ha imperado en las últimas décadas, caracterizada por la liberalización comercial multilateral, en lugar del proteccionismo unilateral.

Un tema de preocupación, más inmediato, es el impacto de una retórica comercial agresiva entre Estados Unidos y China sobre las condiciones financieras, en particular en el precio de las acciones.

Los cambios en las condiciones financieras tienden a presionar la política monetaria hacia una dirección: los ajustes casi siempre llevan a los inversores a apostar por una desaceleración en las alzas de tasas de interés.

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