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El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tiene pocas oportunidades de superar las 42,000 unidades en las siguientes semanas, ante la falta de catalizadores claros hasta la segunda mitad del año, considera Sala de Inversión América.
Esto, a pesar de que los fundamentales y las perspectivas para la economía mexicana respecto a las reformas estructurales permanecen sólidos, afirmó la especialista Ariadna García Vega.
Además de la ausencia de elementos que pudieran impulsar a la BMV en el corto plazo, señaló que una valuación que permanece elevada en todo sentido -sobre todo tras una deslucida temporada de reportes al primer trimestre de 2013-, ha sido determinante en el desempeño y ha propiciado un importante rezago con respecto a sus homólogos internacionales.
Comentó que en el entorno internacional, ha sido clave y seguirá siendo, cualquier indicio que aclare la durabilidad del actual ciclo expansivo en Estados Unidos.
Y es que en momentos en que las cifras económicas muestran debilidad, subrayó, los inversionistas encuentran consuelo en que ello augura más tiempo de laxitud.
Asimismo, dijo, tras las pocas novedades positivas que se han observado aseguran un mejor panorama para la generación de utilidades, aunque por otra parte ayudaría a justificar el inicio del retiro de las políticas monetarias.
En términos técnicos, comentó, la línea de precios del IPC continúa con movimientos erráticos y no ha logrado modificar la lectura técnica negativa de corto plazo, por lo que el mercado establece una banda de soporte ubicado en 41,600 y 41,400 puntos (nivel de Fibonacci).
Por su parte, la resistencia intermedia a romper está en 42,000 unidades, mientras que la banda de objetivos claves se ubica en 42,500 enteros (móvil simple de 200 días) y 43,120 (móvil ponderado de 200 días).
Destacó que si el IPC "llegara a superar este terreno sería una señal positiva, ya que se podría observar una recuperación más consistente".
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