Economía

Ésta es la laaaaarga 'batalla del atún' entre México y EU

En esta disputa comercial que data de los años 90, México ha ganado fallos de la Organización Mundial de Comercio, sin embargo, Estados Unidos las ha logrado sortear.

La 'batalla del atún' entre México y Estados Unidos comenzó desde la década de los 90, cuando Estados Unidos puso restricciones a las importaciones del alimento proveniente de México alegando daño a los delfines.

En las aguas orientales de la zona tropical del Océano Pacífico es frecuente que por debajo de los grupos de delfines que nadan en la superficie del mar se desplacen bancos de atún aleta amarilla. Cuando el atún se pesca con redes de cerco, los delfines quedan atrapados en ellas, y muchos de ellos mueren si no son liberados de las redes.

La Ley de Estados Unidos contiene medidas de protección de los delfines que deben cumplir tanto su flota pesquera como los países cuyos barcos pesquen atún aleta amarilla en esa parte del Océano Pacífico. Si un país exporta atún a los Estados Unidos y no puede demostrar a las autoridades estadounidenses que ha cumplido las normas de protección del delfín que establece la propia legislación estadounidense, el Gobierno dicta el embargo de todas las importaciones.

Ante las medidas tomadas por Estados Unidos, México recurrió a la Organización Mundial de Comercio acusando medidas discriminatorias al no otorgarle a sus pescadores la etiqueta 'Dolphin Save', que permite su venta en territorio estadounidense.

En 2011 la OMC falló favorablemente a favor de México, señalando que los requisitos de etiquetado impuestos por Estados Unidos a las importaciones de atún mexicanas violaban normas de comercio internacionales.

Esto confirmaba que México cumplía con los lineamentos en materia de protección a los delfines.

En enero del año siguiente Estados Unidos apeló ante la OMC, pero en mayo el organismo internacional determinó que debe permitir acceso a las exportaciones de atún mexicano, ratificando que el sello 'Dolphin Safe' se le negaba a productores de México de forma discriminatoria.

Tras perder el caso, Estados Unidos modificó sus reglas en 2013 pero la OMC dijo que no era suficiente y que México seguía siendo injustamente tratado, lo que dio lugar a la resolución de permitirle fijar sanciones comerciales.

Estados Unidos volvió a cambiar sus reglas en 2016, ampliando las restricciones a todos los países.

Ese mismo año, México solicitó a la OMC autorización para imponer sanciones comerciales por la disputa tras los fallos a favor.

En abril de 2017, un árbitro de la OMC resolvió que México podría imponer sanciones comerciales por hasta 163.23 millones de dólares anuales contra Estados Unidos.

Las sanciones permitidas son de apenas una tercera parte de los 472.3 millones de dólares que México había solicitado y que planeaba imponer a importaciones de jarabe de maíz de alta fructosa estadounidense. 

Más tarde, Estados Unidos argumentó que había hecho lo suficiente para ajustar sus leyes y solicitó una exención de las normas de la OMC por razones de conservación ambiental.

Como respuesta, este jueves, la Organización Mundial de Comercio falló en contra de México debilitando su reclamo de sanciones comerciales en contra de Washington.

A esto, la Secretaría de Economía contestó que apelarían el fallo, argumentando que no coincide con su razonamiento jurídico.

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