Los emisores de tarjetas de Estados Unidos preferirían que el crédito fuera el elegido, ya que trae muchos más ingresos. En primer lugar, los bancos cobran más "comisiones de intercambio" —las tasas pagadas por los comerciantes— con las tarjetas de crédito. Más aún, si la deuda total no se finiquita, el emisor impone intereses y cargos financieros.
Entonces, ¿cuál es su estrategia para conseguir que uno utilice la tarjeta de crédito? La tentación. Los emisores han cargado sus tarjetas de crédito de gama alta con beneficios de viajes y otras recompensas.
Parece estar funcionando. En una encuesta anual de consumidores de EU realizada por Total System Services, Inc., o TSYS, la popularidad de la tarjeta de débito ha estado cayendo durante varios años.
En 2016, el crédito superó el débito como la forma de pago preferida de los estadounidenses.
El año pasado también fue cuando JPMorgan Chase lanzó una nueva tarjeta de crédito preferencial, la tarjeta Chase Sapphire Reserve, con mucha fanfarria. Fueron tantos quienes la solicitaron, la mayoría de ellos millennials, que Chase temporalmente se quedó sin tarjetas. American Express contraatacó en marzo endulzando las ventajas de su tarjeta Platinum de alta gama.
"Hay emisores que ofrecen mejores recompensas para tratar de ganar la atención", dijo David Robertson, editor del informe Nilson. "Hay una guerra entre los mejores jugadores".
El gasto en tarjetas de crédito y de débito aumenta generalmente cada año, mientras la economía crece y las tarjetas gradualmente arrebatan más cuota a los cheques y al efectivo. Pero el uso de tarjetas de crédito se ha acelerado más rápidamente.
Un 59% de los encuestados señalan las recompensas como la característica favorita de su tarjeta de crédito. Eso es hasta siete puntos más en dos años. Los viajes son la principal ventaja de las tarjetas de crédito preferenciales, aunque la mayoría de los consumidores se centran en obtener dinero en efectivo.