CIUDAD DE MÉXICO.- El precio de la carne subió 15.9 por ciento en 2014 frente a 2013 y representó su alza más pronunciada desde 1996, cuando se incrementó 33.7 por ciento.
Según el Inegi, la carne de res fue la que más se encareció, con un incremento de 22.8 por ciento anual, el mayor desde que hay registros disponibles, a partir de 2003; mientras que la de cerdo aumentó 16.2 por ciento y fue su alza más robusta en la última década.
La carne de pollo subió 8.3 por ciento contra el 1.3 por ciento de 2013, aunque fue menor al aumento de 12.5 por ciento registrado en 2012.
El alimento que más elevó su precio en 2014 fue la sandía, con un crecimiento de 32.2 por ciento, el más marcado desde 1995.
En segundo lugar se situó la calabacita, con un aumento de 25.8 por ciento anual, el mayor desde 2010, mientras que el tercer puesto fue para la carne de res.
Los precios de los alimentos subieron 6.6 por ciento anual durante 2014 y fue su mayor alza desde 2012, en tanto que las bebidas y tabaco se incrementaron 6.1 por ciento anual.
La inflación general anual registró su menor nivel en cinco meses, pero no le bastó para finalizar 2014 dentro del intervalo máximo del objetivo del Banco de México (Banxico), de 4 por ciento, al situarse en 4.1 por ciento, su mayor nivel desde 2010.
A su vez, la canasta básica se encareció a mayor ritmo, de 4.66 por ciento anual, lo cual ha sido una constante desde julio de 2011.
SIN SEÑALES DE IMPACTO CAMBIARIO
Los precios de las mercancías no alimenticias, que es el principal rubro expuesto al tipo de cambio, subieron 0.15 por ciento mensual en diciembre de 2014 y fue su menor alza para un periodo similar desde 2010. A tasa anual se encarecieron 2 por ciento.
La depreciación del tipo de cambio que inició en septiembre pasado no ha afectado a la inflación, aunque será el principal riesgo para este año, dijo Alexis Milo, economista en jefe para México de Deutsche Bank.
Estimó que una depreciación del peso de 1 por ciento impacta en 6 puntos base a la inflación al cabo de un año.
Joan Enric Domene, coincidió en que la depreciación del tipo de cambio supone uno de los principales riesgos para la inflación en 2015, así como la volatilidad de los precios agropecuarios.
El gobernador de Banxico, Agustín Carstens, dijo ayer que los incrementos de precios en las mercancías se concentraron en los productos afectados por los cambios fiscales sin que se contaminaran otros precios.
Javier Amador, economista senior de BBVA Bancomer, estimó una desaceleración de la inflación en enero a 3.6 por ciento anual para cerrar 2015 en 3.3 por ciento, aunque reconoció que los riesgos al alza han aumentado por la fuerte depreciación del peso.