Economía

Deficiencias del mercado laboral, indicios del aumento de pobreza: CEESP

El porcentaje de la población que no tiene los ingresos necesarios para la canasta básica ha incrementado del 40 al 41% en el último año, debido a empleos mal remunerados.

El mercado laboral muestra deficiencias, ha acentuado su precarización como muestra el incremento del porcentaje de la población con ingresos insuficientes para adquirir la canasta alimentaria básica del 40 al 41 por ciento en el último año por empleos mal remunerados, pérdida del poder adquisitivo entre la población por la inflación y falta de oportunidades de empleo para personas con niveles de instrucción académica más altos, señala el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

"El porcentaje de la población con ingreso laboral insuficiente para adquirir la canasta alimentaria aumentará de un paje de 40 por ciento en el cuarto trimestre del 2016 a 41 por ciento en el morcentismo lapso del 2017. Preocupa que esta situación se haya replicado en gran parte del país ya que en 20 de las 32 entidades federativas aumentó el porcentaje de la población con ingreso laboral insuficiente para adquirir la canasta alimentaria, especialmente en Hidalgo donde el porcentaje pasó de 41.5 a 50.1 por ciento. En la ciudad de México pasó de 31.1 a 37.9 por ciento y en Tabasco de 42.8 a 48.7 por ciento".

Dedicado al análisis de las condiciones del empleo, su comentario indica que la situación del mercado laboral no es tan favorable como se ha venido señalando. La concentración de la población ocupada en los niveles salariales más bajos, con casi el 63 por ciento de la población ocupada sin acceso a servicios de salud, y más de una cuarta parte de ocupados con jornadas laborales superiores a 48 horas a la semana, "son signos de un mercado laboral con deficiencias", señala.

Destaca la preocupación por que la precarización del mercado laboral se acentúa, una vez que los salarios ofrecidos se mantuvieron en niveles bajos. Las cifras indican que, del total del aumento en la ocupación, 1 millón 117 mil personas lograron conseguir un empleo con hasta dos salarios mínimos, mientras que la ocupación en los rangos salariales superiores a dos salarios mínimos se redujo en 1 millón 627 mil empleos.

Un aspecto que genera incertidumbre es que el rubro de ocupados con ingresos no especificados aumentó en 1 millón 281 mil personas, de tal forma que su universo se elevó a 7 millones 645 mil ocupados, poco más de tres veces el total de ocupados que ganan más de cinco salarios mínimos.

Aunado al deterioro de los salarios, está el efecto del repunte de la inflación que propició una pérdida del poder adquisitivo, lo que se tradujo en mayores niveles de pobreza y desigualdad en nuestro país y un consumo que no crece de manera pujante.

De acuerdo con las cifras de Coneval, en el último trimestre del 2017 el poder adquisitivo del ingreso real registró una disminución de 2.5 por ciento respecto al mismo lapso del año previo, después de dos años consecutivos con una recuperación.

Otro factor que el CEESP señala es la falta de alineación de las condiciones del empleo con las necesidades técnicas de la actividad económica y de las nuevas generaciones puede propiciar la pérdida de talento y convertirse en un factor que inhiba el ritmo de crecimiento del país y aumento de la mediocridad del nivel de vida de los hogares, advierte

Los últimos datos disponibles al cuarto trimestre del 2017 muestran que si bien la tasa de desocupación se ha reducido significativamente, cerca de la mitad de los desocupados se concentra en el rubro de personas con niveles de instrucción más altos, con estudios de nivel medio superior y superior, mientras que el menor porcentaje de desempleo se reporta entre quienes tienen menor preparación, sólo primaria y en algunos casos incompleta.

"La teoría dice que a mayor preparación aumenta la posibilidad de encontrar un empleo mejor remunerado. Sin embargo, las cifras actuales parecen indicar lo contrario. Es fundamental que los incentivos estén alineados con las necesidades técnicas de la actividad económica y de las nuevas generaciones. La pérdida de talento se puede convertir en un factor que inhiba el ritmo de crecimiento", advierte el CEESP en su reporte semanal.

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