Luego del importante impulso que recibió el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) tras conocerse los resultados electorales del pasado primero de julio, la 'euforia' de los consumidores mexicanos ya comenzó a trazar una trayectoria descendente.
Durante noviembre, el ICC reportó una disminución de 0.6 puntos respecto al mes anterior, ubicando a este indicador en los 41.2 puntos, además, se observó una caída generalizada en los cinco componentes que integran a dicho indicador.
En el penúltimo mes del año, los hogares mexicanos redujeron en 1.1 puntos su opinión sobre su situación económica esperada dentro de 12 meses respecto a la actual, lo que representó su menor nivel de optimismo en los últimos cinco meses.
La evaluación sobre el futuro económico del país y de los hogares mexicanos todavía se encuentran en niveles optimistas (49.2 puntos y 46.5 puntos, respectivamente), sin embargo, ambos indicadores mostraron una caída mensual de 0.4 puntos.
Otros componentes que mostraron contracciones durante noviembre fueron los que contabilizan la situación económica del país hoy en día, comparada con la de hace 12 meses y la posibilidad actual de comprar bienes duraderos, como lo son muebles, televisores, lavadoras y otros aparatos electrodomésticos, ambos con disminuciones de 0.6 puntos respecto a lo reportado en octubre.
Para Alberto Ramos, analista económico de Goldman Sachs, la reducción de confianza del consumidor genera vientos en contra para la actividad a corto plazo en la medida en que hace que los agentes nacionales sean más defensivos en sus decisiones de gasto e inversión.
"La erosión de los indicadores de confianza reflejan, en gran medida, las crecientes preocupaciones respecto a la dirección de la política macroeconómica que trata de instaurar la administración de López Obrador, así como del continuo endurecimiento de las condiciones financieras internas", dijo.
En la variación anual, el Indicador de Confianza del Consumidor creció 4.9 puntos en relación con el mismo periodo de 2017.