Economía

Concamin recibe con 'buenos ojos' ampliación de arancel a aceros

Concamin apoya el anuncio de la Secretaría de Economía sobre el aumento de un arancel temporal a los países con los que México no tiene ningún tratado de libre comercio.

La extensión por un semestre más de las salvaguardas al acero fue una medida acertada para dar tiempo de integrar acciones y propuestas que propicien una competencia sana entre las industrias acereras de diferentes países, señaló la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).

La Secretaría de Economía anunció la semana pasada que la aplicación de un arancel especial al acero importado a países con los que México no tiene algún tratado de libre comercio, se extenderá seis meses más, periodo en el que se implementará un arancel temporal de 15 por ciento a las importaciones.

Manuel Herrera Vega, líder de los industriales reconoció que el decreto que modifica la Tarifa de la Ley de Impuestos Generales de Importación y de Exportación, va en favor de la industria siderúrgica nacional, que se encuentra aún en un entorno de competencia desleal principalmente de China.

"Nos permite trabajar en la integración de acciones y propuestas que sumen a la sana competencia entre las industrias de los diferentes países", indicó el presidente de Concamin.

En un comunicado explicó que la medida establece el aumento temporal de los aranceles de importación de 97 fracciones arancelarias de productos siderúrgicos, con el fin de propiciar el espacio necesario para que la industria nacional siderúrgica pueda integrar su defensa, en pleno apego a los instrumentos que provee el marco jurídico nacional.

La participación del sector del acero es del 11.1 por ciento del PIB manufacturero nacional, México es el segundo productor de acero en América Latina y el décimo tercero a nivel mundial.

Según la Secretaría de Economía, también se mantiene la modificación del decreto por el que se establecen diversos programas de promoción sectorial, con el fin de incorporar temporalmente diversas fracciones arancelarias para mantener la competitividad de las cadenas productivas en los sectores industriales más sensibles, como lo son el eléctrico, electrónico, automotriz y de autopartes.

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