Economía

Caída del crudo impulsa segunda ola de ‘fracking’

La industria petrolera, afectada por la caída de los precios, estudia la posibilidad de emplear de nuevo el fracking, puesto que mientras un pozo nuevo cuesta 8 millones de dólares, una nueva fractura hidráulica sólo tiene un costo de 2 millones de dólares.

Acosada por la caída de los precios, la industria petrolera está estudiando unos 50 mil pozos existentes en los Estados Unidos que podrían ser candidatos a una segunda ola de fracking, usando técnicas que no existían la primera vez que fueron explotados.

Los pozos nuevos pueden costar 8 millones de dólares, mientras que una nueva fractura hidráulica cuesta unos dos millones, un ahorro significativo cuando el precio del barril de crudo ronda los 50 dólares, según Halliburton Co., el mayor proveedor de servicios de fracking del mundo.

Aunque los resultados de una nueva fractura hidráulica fueron variados en el pasado, la crisis petrolera está obligando a las petroleras a utilizar nuevas tecnologías para producir más petróleo en forma más económica.

Analizar toneladas de datos sobre los pozos viejos es ahora una pieza clave del rompecabezas porque permite identificar a los mejores candidatos para un nuevo fracking en lugar de elegirlos al azar, dijo Hans-Christian Freitag, vicepresidente de tecnología integrada de Baker Hughes Inc.


"¿Quiere usted hablar del próximo paso para aumentar la producción sin incrementar los costos?" dijo Carl Larry, director de petróleo y gas natural de la consultora Frost Sullivan en Houston. "Una segunda fractura parece una excelente opción".

El fracking consiste en inyectar agua, arena y productos químicos en los pozos para fracturar la roca y dejar que el petróleo y el gas fluyan a la superficie. Esa segunda ola de fracking desilusiona a los ambientalistas que esperaban que la caída de los precios frenara las nuevas perforaciones. Los detractores dicen que el fracking produce contaminación, usa demasiada cantidad de agua y contamina el aire por la utilización de arena.

CUESTIONES AMBIENTALES

Si bien parecería que menos pozos significa menos fracking total, el fenómeno de una segunda fractura hace que la reducción no sea tan grande como preveían algunos. Las comunidades seguirán sintiendo el impacto de la utilización de más recursos naturales, señaló Sharon Wilson, organizadora de la agrupación de control ambiental Earthworks en Texas. "Es sumamente decepcionante", declaró telefónicamente.

Las técnicas de fracking han avanzado mucho desde que se inició la revolución norteamericana del esquisto hace más de una década. Desde que se explotaron los primeros pozos primitivos, los especialistas en fracking como Halliburton han adquirido gran habilidad para decidir dónde practicar las fracturas y cuán anchas y profundas deben ser para obtener la mayor producción.

Los proyectos de fracking también se volvieron más complejos y costosos a medida que los pozos llegaban cada vez más profundo y los ingenieros advertían que cuantas más grietas se producían en el sustrato rocoso más petróleo salía.

Halliburton has desarrollado técnicas para inyectar fluido de fracking en los pozos viejos y dirigirlo a los mejores blancos, según David Adams, vicepresidente de tecnología de operaciones de Halliburton en América del Norte.

"Si uno mira a los principales operadores de América del Norte con quienes trabajamos, verá que no hay ninguno que hoy no hable de una segunda fractura", señaló.

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