Aunque se desconocen los aranceles y reglas fijados para los productos que podrán ser intercambiados entre las 12 naciones participantes, el sector automotriz y el de medicamentos destacaron como los más controvertidos durante los cinco años de negociación del TPP.
Al respecto, Francisco de Rosenzweig, subsecretario de comercio exterior de la Secretaría de Economía dijo que la dependencia cuidó los intereses de la industria automotriz.
Detalló que respondieron de acuerdo a lo negociado con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, la Industria Nacional de Autopartes y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones.
En el caso de tratamientos de salud, Judit Rius, directora y asesora jurídica de la campaña de Acceso a Medicamentos de Médicos Sin Fronteras, aseguró que el TPP afectará a pacientes y proveedores en los países en desarrollo pues se encarecerán los productos farmacéuticos en el mercado local.
El TPP contemplaría la ampliación de los periodos de exclusividad para los medicamentos biológicos derivados de organismos vivos, e incluiría una mayor protección en propiedad intelectual, lo que en opinión de Rius dificultará a la industria genérica la competencia.
Ricardo Romay, director de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos, señaló que el acuerdo afecta a la industria nacional, pues los medicamentos nuevos tardarían en salir como genéricos a precios accesibles para los programas de salud del propio gobierno.