Joel Virgen
La económica mexicana se desacelera. El brusco declive en la tasa anual de crecimiento del Producto Interno Bruto así lo confirmó hace una semana. En la era post-TLC, tras una tendencia de desaceleración, avances anuales menores al 1% antecedieron a un periodo recesivo. El PIB creció en 0.8% el primer trimestre de este año.
Es innegable, México se desacelera, como lo ha venido haciendo el mundo en los últimos trimestres. La sorpresa es que hasta recientemente haya comenzado a "morder" la desaceleración externa, especialmente en la manufactura estadounidense.
En el anterior contexto, vale la pena matizar el grado de desaceleración hasta ahora observado y sus posibles alcances para el resto del año.
Para lo anterior, es necesario disectar la desaceleración por cada una de sus fuentes y hablar de las perspectivas para cada una.
En el anterior ajuste, sin duda el efecto más relevante se lo lleva la Semana Santa afectando al mes de marzo. Por ejemplo, esto ha sucedido en 1997, 2002, 2005, 2008 y 2013, lo que ha sustraído entre 1.4 y 1.6 puntos porcentuales de las variaciones anuales del primer trimestre de esos años. Aquí viene el otro punto relevante, la reversión de este fenómeno en el trimestre siguiente ha sumado entre 1.1 y 1.4 puntos porcentuales a la variación anual.
En lo que respecta a este factor, y hacia adelante, es importante tomar en cuenta que el sector inmobiliario continúa en recuperación, las cifras de empleo avanzan alentadoramente (aunque no al ritmo que todos quisiéramos ver), las recientes cifras de consumo apuntan a que lo peor de la afectación de la incertidumbre fiscal habría pasado, y las condiciones financieras son favorables al consumo y la inversión. Todo lo anterior elementos para confiar en la sostenibilidad de la recuperación (gradual) en EUA.
Así, mientras que esperamos que el consumo responda más acorde con los fundamentales de empleo y salario, la reactivación del gasto debería contribuir a un repunte en el ritmo de avance anual de la economía.
Importante. Esta es una desaceleración. Los factores arriba mencionados sólo matizarían su magnitud y dinámica hacia adelante. En este contexto, el crecimiento del PIB debería repuntar a partir del segundo trimestre. No obstante, muy probablemente observemos un crecimiento para todo el año cercano al 3%, en contraste con los dos años previos con avances anuales de 3.9%.
* Subdirector de estudios macroeconómicos y de mercados en la Dirección de Estudios Económicos de Banamex. Las opiniones expuestas son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la visión de Banamex.
Twitter: @joelvirgen