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Patrick Mahomes: su camino del diamante al emparrillado

Hijo de un ex beisbolista profesional, Patrick Mahomes prefirió los emparrillados.

Patrick Mahomes tuvo varios motivos para decidirse a jugar en el beisbol profesional. El primero y más importante, el ejemplo de su padre, también llamado Patrick, quien durante 11 temporadas se desempeñó como pitcher en las Grandes Ligas. Gracias a la puerta que le abría su papá, Patrick Jr. creció en los dugouts en los que se hizo amigo de beisbolistas como Alex Rodríguez o Derek Jeter.

Pese a parecer predestinado a brillar en los diamantes, Mahomes decidió tomar una ruta diferente y apostar por jugar futbol americano. La apuesta, hasta la Semana 4 de la temporada 2018 de la NFL, parece la correcta. Hoy Patrick, quarterback de los Jefes de Kansas City, deslumbra en su primer año como titular, pues hasta el momento marcha como líder en pases de touchdown, con 13, a cambio de cero intercepciones.

Esta cifra de envíos de anotación durante las tres primeras semanas del calendario regular rompió un récord que pertenecía a Peyton Manning, quien en 2013 sumó 12 pases a las diagonales a esta misma altura de la campaña.

Con temple probado

A pesar de ser hijo de un atleta profesional, el camino de Patrick también tuvo algunas dificultades. Dos capítulos en específico pusieron su carácter a prueba. El primero de ellos se dio durante sus años en las categorías infantiles de futbol americano y un coach le indicó que jugaría como linebacker en lugar de quarterback. Patrick entonces tuvo la tentación de renunciar a las tacleadas e irse al beisbol, pero sus padres le obligaron a terminar la temporada siguiendo las órdenes del entrenador.

La segunda vez se dio ya como atleta universitario, cuando varios equipos de Grandes Ligas comenzaron a hacerle ofertas. Pese a que el joven Mahomes volvió tener la tentación del llamado Rey de los deportes, su madre, Randi, le hizo reflexionar sobre lo que realmente amaba hacer. La respuesta de Patrick fue jugar como mariscal de campo.

Los argumentos para que Mahomes llegara a la Gran Carpa iban más allá del apellido de su padre: los scouts durante sus años en preparatoria llegaron a registrar que lanzaba rectas a 93 millas por hora, además de que en el equipo de La escuela lanzó un juego sin hit ni carrera, durante el cual ponchó a 16 rivales.

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