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Jeff Green: fuerza a toda prueba

El ahora jugador de los Cavaliers de Cleveland se recuperó de una deficiencia física para ayudar a Cleveland a jugar las Finales de la NBA.

"Casi lo pierdo todo y ahora estoy frente a ustedes. Es una bendición".

Esas fueron las palabras de Jeff Green a la prensa una vez que concluyó el juego siete de la Final de la Conferencia Este. La reflexión del guardia de poder de los Cavaliers de Cleveland se debió a un episodio que sucedió en diciembre de 2011, en el que estuvo cerca de morir.

Había firmado un contrato por un año y 9 millones de dólares con los Celtics de Boston. Como parte del protocolo tuvo que cumplir con un examen médico, un procedimiento de rutina para la mayoría de los jugadores. Pero los doctores encontraron una anormalidad. Tenía una inflamación en la aorta abdominal, el vaso sanguíneo más grande del cuerpo que conecta las arterias gástrica y hepática. Los estudios posteriores arrojaron lo peor: padecía un aneurisma aórtico.

"Es una enfermedad que adelgaza la pared del vaso sanguíneo. El flujo de la sangre puede provocar que ésta se rompa", explica Héctor Tlatoa, coordinador de la Especialidad en Medicina de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Autónoma del Estado de México. "La práctica del deporte de alto rendimiento incrementa la posibilidad de que suceda. Cuando la sangre rompe el vaso, ésta se riega por el organismo y las consecuencias pueden ser letales. Pudo sufrir muerte súbita en la duela".

Green se sometió a una cirugía a corazón abierto para corregir la inflamación. Los doctores le realizaron un corte desde la parte inferior del cuello hasta la parte superior del abdomen. Posteriormente le colocaron 16 ganchos que mantuvieron su caja torácica abierta y finalmente le pusieron un injerto de vaso para sustituir la parte inflamada. El procedimiento fue un éxito. Los doctores duplicaron las buenas noticias cuando le dijeron que podría volver a jugar en la NBA si su recuperación era satisfactoria.

La directiva de los Celtics le ofreció un trato: pagaría la rehabilitación, lo mantendría en su roster, pero no le pagaría el monto de su contrato porque reprobó el examen médico. Green aceptó. Estuvo una semana en el hospital, luego un mes en una clínica de rehabilitación y para marzo de 2012 ya estaba entrenando de nuevo con la organización. Aunque no jugó esa temporada, su sueño de continuar su carrera estaba más cerca.

Green nació en Cheverly, una localidad de aproximadamente 6 mil habitantes ubicada al sur de Maryland. Jeffrey –su padre– era un fanático de los deportes que asistía a todos los partidos que le era posible. Le era indiferente que fueran de equipos profesionales o amateurs. Jeff lo acompañaba y así se convirtió en un fanático del beisbol, futbol, futbol americano y basquetbol. Todos los practicó en su infancia.

Al principio quería jugar futbol americano porque le gustaba el entrenamiento que hacían los jugadores en el gimnasio, según contó al portal de los Cavaliers. Cuando cumplió 17 años medía 1.88 metros –actualmente mide 2.01– y su padre le aconsejó que lo dejara para que enfocara únicamente en el baloncesto. Así lo hizo y en el verano de 2004 se ganó una beca para jugar en el programa de la Universidad de Georgetown. Ahí se volvió el mejor de la quinteta. En sus tres años con la escuadra promedió 13.1 puntos por encuentro.

Estaba listo para la NBA.

Fue elegido con la quinta selección global en el Draft de 2007 por los Supersonics de Seattle. Pero nunca pudo cumplir las expectativas y fue transferido en la temporada 2010-11 a Boston. Green recibió el alta médica en la temporada 2012-13, pero su desempeño bajó considerablemente. Fue transferido a Memphis, donde perdió la titularidad. Luego jugó en Orlando y este curso lo hizo con Cleveland, siempre como suplente.

La afición de los Cavs lo criticó por su poco aporte en la ofensiva (registró 10.8 puntos por encuentro), pero se redimió en los últimos dos juegos de la Final de la Conferencia Este ante Boston, en los que anotó 14 y 19 unidades, respectivamente. En ese último partido fue el segundo el mejor encestador de la quinteta, sólo por debajo de LeBron James, quien marcó 35.

Tlatoa dice que después de la operación debe hacerse chequeos bimestrales, seguir una dieta balanceada, ser cuidadoso con el uso de medicamentos y evitar el consumo de sustancias dopantes, debido a que estos facilitarían la reaparición de una enfermedad en la aorta abdominal.

Green ahora tiene otro reto: ganar sus primeras Finales de la NBA, que disputará a partir de hoy ante los Warriors de Golden State.

Sus preocupaciones, al fin, son estrictamente deportivas.

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