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Fabuloso Cristiano

El ariete del Real Madrid y emblema de la selección de Portugal se alzó con un triplete frente a España.

COPA MUNDIAL

RUSIA 2018

El siete de Portugal llegó a Sochi con tres goles en 13 partidos mundialistas; salió del césped con tres más en un intenso empate ante una pundonorosa España. La noche del 15 de junio de 2018 será recordada por la afición portuguesa como aquella del 23 de julio de 1966 en la que Eusebio salvó del naufragio a la Nacional con cuatro tantos sobre una altiva Corea del Norte.

Cristiano se puso la casaca del héroe con un triplete peculiar: penalti, tiro y error del arquero De Gea y un espectacular tiro de castigo. Menú que representa la versatilidad de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. El actual campeón de Europa con el Real Madrid fue determinante en el estado de ánimo de un Portugal deficiente en la zaga y el pase. El astro se edificó la noche y las estrellas.

Amaneció nublado el juego para la Roja. Al alba llegó la pena máxima sobre el siete, quien tiró a gol con gran estética y potencia. Luego vinieron los embates de gallardía de Diego Costa y el orden español. El 2-1, al final del primer tiempo, pareció una autoflagelación española: el arquero del United no pudo detener el disparo del delantero merengue. La paciencia y la memoria fueron los mejores aliados hispanos en la recuperación del estilo, del juego y del toque. En dos minutos, ya con el partido controlado, los de Fernando Hierro, quien debutó en el banquillo, le dieron la vuelta a la tortilla. España ganaba con argumentos y con razones. Era, incluso bella, mezcla de catalanismo con madridismo. Y Costa en el papel de Cid. Un error de Piqué, falta al borde del área, permitió que el envalentonado Cristiano sacara el lujo de la chistera. Fue su momento. El ángulo superior derecho de la puerta de De Gea vio pasar la pelotita en una estampa llena de hermosura.

El futbol es un deporte de conjunto al que suelen dar sentido, algunas veces, las individualidades. Esta noche, Cristiano redactó en primera persona, vaya que le gusta, el relato de su grandeza: el ego más grande de los que viajan a Rusia aportó sus razones contundentes para ser respetado y admirado. Enorme Cristiano.

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