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Carneros, en busca de la grandeza ofensiva de la campaña del 2000

El actual ataque de los Carneros recuerda al que tuvieron en 2000, año en el que ganaron el Super Bowl XXXIV ante los Titanes de Tennessee.

Al final del siglo XX y el arranque del XXI, hubo una ofensiva en la NFL que, por su espectacularidad y efectividad, se le bautizó como El espectáculo más grande.

El quarterback Kurt Warner, el corredor Marshall Faulk y los receptores Isaac Bruce y Torry Holt eran las estrellas principales del ataque de los Carneros que en ese tiempo todavía tenían su sede en San Luis.

Casi dos décadas más tarde, una nueva generación comienza a maravillar a los aficionados. El mariscal de campo Jared Goff, el corredor Todd Gurley y los receptores Brandin Cooks, Robert Woods y Cooper Kupp integran en la actualidad uno de los mejores ataques de la liga.

Las comparaciones se han comenzando a fortalecer debido al notable desempeño de los actuales integrantes de la franquicia.

De hecho, luego de que el fin de semana anterior vencieron 33-31 a los Halcones Marinos de Seattle, Carneros se convirtieron en apenas el quinto equipo que anota 30 puntos o más en sus primeros en cada uno de sus cinco compromisos del calendario, según datos de nflcommunications.com. La marca sólo había sido lograda por los Broncos de Denver en 2013; los Patriotas de Nueva Inglaterra, en 2011 y 2007, y los Carneros en aquella célebre campaña de 2000.

Aplanadora ofensiva

Fue por una casualidad que, durante la pretemporada de 1999, Kurt Warner tomó el puesto titular con los Carneros.

Una lesión de Trent Green le abrió la puerta a Warner, quien nunca miró hacia atrás, aprovechó el talento de sus compañeros y la culminó llevándose la victoria en el Super Bowl XXXIV, sobre los Titanes de Tennessee.

Fue tal su nivel de eficacia, que de 1999 a 2001, los Carneros llegaron a dos Súper Tazones (el XXXIV y XXXVI), además de que Warner y Faulk repartieron los premios a Jugador Más Valioso en ese mismo lapso.

En la temporada 2000, los Carneros impusieron una nueva marca de yardas ofensivas en una temporada, con siete mil 335, la cual fue vigente hasta 2011, cuando los Santos de Nueva Orleans totalizaron siete mil 474.

De ese tamaño es la huella que Gurley, Goff y compañía intentan seguir.

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