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Carlos Sainz Jr., infancia y destino en el automovilismo.

Carlos Sainz Jr. sufrió la ausencia de su padre en sus primeros años, pero también utilizó su apellido para llegar a la Fórmula Uno.

La infancia y adolescencia de Carlos Sainz Jr. siempre estuvo ligada al automovilismo. Carlos Sainz –su padre– pasaba por el ocaso de su carrera en el Mundial de Rallies en 2006, 14 años después de que ganara su último título mundial, cuando su hijo daba sus primeras vueltas en las competencias de karts en Madrid. El muchacho tenía 12 años.

"Muchas veces no podía estar en sus carreras porque estaba en el campeonato de rally", dice Sainz padre en entrevista con El Financiero. "Para ambos era difícil, porque otros padres sí estaban con sus hijos. Sin embargo, las carreras siempre han sido un vínculo para nosotros".

La ausencia de su padre no era el único problema para el ahora piloto Fórmula Uno con Renault. También era la exigencia que él mismo se imponía, según contó en una entrevista para la radiodifusora española Onda Cero. Sainz Jr. aseguró que el resto de los pilotos querían vencerlo por ser el hijo de una leyenda del automovilismo. "No podía dejar que le ganaran, él quería demostrar que estaba ahí por su talento y no por su apellido", menciona el mayor de los Sainz.

El joven destacó en los karts y cuando cumplió 14 años ganó el serial Asia-Pacífico de KF3. Un año más tarde terminó en el cuarto sitio en la Fórmula BMW Europa y ganó el premio al novato del año. En 2011 se consagró campeón en Fórmula Renault 2.0 y una temporada más tarde terminó sexto en el Campeonato Británico F3. En esa misma época firmó un contrato con la Academia Red Bull. La escudería austriaca informó a través de un comunicado que el vínculo se dio por la tradición automovilística de la cual provenía y por los buenos resultados que había tenido en campeonatos anteriores.

El convenio le permitía ascender cada año a un serial de mejor nivel, siempre y cuando terminara en un buen puesto y aprobara el bachillerato, que simultáneamente alternaba con el automovilismo. Nunca tuvo problemas escolares y para la temporada 2013 quedó sexto en la GP3 Series. Aunque no obtuvo un buen resultado, el 2014 corrió en la Fórmula Renault 3.5, en la que consiguió el título. El logro le permitió ocupar un asiento en Toro Rosso, escudería filial de Red Bull en la Fórmula Uno.

"Es muy disciplinado y abierto a la comunicación con los ingenieros. Es inteligente y cuenta con una gran memoria para retroalimentar al equipo sobre el estado del coche en cada sección de la pista", dice David Barrera, ex aerodinamista que coincidió en 2015 y 2016 con él en Toro Rosso. "Siempre tuvo que lidiar con el gran imán de talento que tenía Max Verstappen, al que la mayoría de los ingenieros de Toro Rosso le tenían una inclinación casi natural. Esas preferencias las utilizó para exigirse más y mejorar".

Sainz Jr. fue compañero de Verstappen hasta el Gran Premio de España de la temporada del 2016. El holandés fue ascendido a Red Bull, en lugar del ruso Daniil Kvyat. El movimiento le cerró las posibilidades de un eventual ascenso al español y en la campaña pasada aceptó ser prestado a Renault, escudería en la que correrá la campaña 2018 de la Fórmula Uno que comienza mañana en Australia.

El madrileño no registra victorias ni podios en sus tres años en la máxima categoría del automovilismo. Aceptó, en una conferencia de prensa la semana pasada, que será difícil que obtenga un triunfo esta campaña, pero ve probable subir al podio una o dos ocasiones si hay lluvia en alguna carrera o se presenta un accidente que le permita ascender posiciones. Su meta y la de Renault –mencionó– es pelear por triunfos a partir de 2019.

Barrera lo cree posible debido a que considera que Renault cuenta con un monoplaza más competitivo en comparación al de Toro Rosso. El motor de la armadora francesa –sostiene el ex aerodinamista– es más potente que el Ferrari que tenía el equipo austriaco en 2017 y el Honda con el que correrá esta temporada.

"Las cosas han cambiado actualmente pese a que los dos competimos en grandes campeonatos. Ambos tratamos de acompañarnos a las carreras del otro. Hablamos y tenemos más apertura de la que en algún momento podemos tener con los ingenieros de nuestro equipo. Somos el consejero del otro", sostiene el mayor de los Sainz.

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