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Albert Benaiges, el exreclutador de La Masía, apuntala al Cibao

El exvisor del Barcelona es el reconstructor del club dominicano, que este jueves enfrenta a Chivas en los octavos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Albert Benaiges sintió alivio cuando recibió la noticia de que había sido despedido del cargo de director de fuerzas básicas del Al-Wasl, de Emiratos Árabes Unidos, en febrero de 2014. El desierto, las temperaturas extremas y las costumbres de los ciudadanos lo agotaron. "El despido llegó en el momento justo", dice.

Su idea era regresar al Barcelona, en el que Sandro Rosell –entonces presidente del club– le dijo que siempre tendría las puertas abiertas por lo que le había dado al equipo. Entre las cosas que valoraba el directivo eran los 20 años (1991-2011) que pasó como coordinador de La Masía y los fichajes de Andrés Iniesta, Jordi Alba, Sergi Roberto y Gerard Piqué –integrantes actuales del primer equipo– y a quienes entrenó, junto a Lionel Messi, en las diferentes divisiones inferiores del cuadro culé.

Pero su deseo se truncó cuando Rosell presentó su renuncia. Josep María Bartomeu asumió la dirigencia del club y no tomó en cuenta a Benaiges. El visor tuvo que modificar sus planes. En esos mismos días recibió una llamada de Jorge Vergara, quien le propuso ser el director de Fuerzas Básicas de las Chivas. Aceptó y en julio de ese mismo año fue presentado en Guadalajara. La aventura duraría poco.

"Dos meses después ficharon a Néstor y José Manuel de la Torre, este último como entrenador. Ambos integraron su equipo de trabajo y me relegaron. Luego me notificaron mi despido. Fue una época difícil, porque a inicios de agosto secuestraron a un niño que vivía muy cerca de mi casa. Pensé que mis dos hijos también corrían riesgo. Decidí salir de la ciudad y analizar otras opciones laborales. No le guardo resentimiento a Vergara. Siempre se portó muy bien conmigo", cuenta Benaiges en entrevista para El Financiero.

El scout tuvo reuniones con Andrés Fassi –vicepresidente del Pachuca–, quien quería integrarlo a la directiva de alguno de los equipos del grupo hidalguense. Las opciones eran los Tuzos, Oviedo o Talleres de Córdoba. Recuerda que hubo desacuerdos ideológicos que impidieron su fichaje. Una vez más se quedó sin equipo.

Benaiges recibió la llamada de otro visor que había trabajado con él en el Barcelona. Lo invitó a visitarlo en República Dominicana, donde trabajaba con un equipo de Primera División. Viajó a principios de octubre, conversó con su colega y éste le presentó a Manuel Estrella, empresario y propietario del Águilas Cibaeñas, vigente campeón de la Liga Dominicana de beisbol. Estrella le hizo una propuesta: ser el director deportivo y entrenador del Cibao, equipo que recientemente había adquirido para que jugara en el máximo circuito de ese país.

"Cuando llegué no teníamos nada", platica entre risas. "No había balones, jugadores, estadio, un campo para entrenar, ni siquiera el diseño del escudo. Literalmente fue empezar el club desde cero", señala.

Benaiges se encargó casi de todo. Con ayuda de Estrella consiguió que un sacerdote le cediera unos terrenos de su iglesia en Santiago de los Caballeros –región al norte de la capital Santo Domingo– para destinarlos al estadio. El visor diseñó el campo y los vestidores. Luego organizó un equipo para reclutar a los jugadores. Pidió que les compraran balones, uniformes y el resto del equipamiento para que pudieran entrenar. A marchas forzadas logró que el equipo debutara en la temporada 2015, misma que fue la inaugural para la Liga Dominicana de Futbol (LDF).

El Cibao, bajo la dirección técnica de Benaiges, terminó en el quinto puesto en el torneo local, pero ganó la Copa Dominicana. En el curso siguiente refrendó el título y terminó como subcampeón de Liga, lo que le permitió calificar al Campeonato de Clubes de la Unión Caribeña de Futbol. Fue en este torneo en el que tuvo su mejor rendimiento. Conquistó el certamen, que le permitió avanzar a los octavos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf, en el que hoy recibirá a las Chivas.

"En Dominicana encontré estabilidad, pese a que no gano el dinero que tuve en Barcelona, Medio Oriente o México. También encontré tranquilidad para mi familia e incluso adopté a mi tercer hijo, quien es haitiano. Dominicana es un buen lugar para vivir y en el que encontré la oportunidad de ser director técnico de un primer equipo, algo que se me negó por muchos años", valora.

Benaiges explica que actualmente el Cibao cuenta con una estructura de divisiones inferiores –con categorías Sub-13 y 15– como tienen los equipos españoles, y no descarta conseguirles pruebas en el Barcelona u otros equipos a los jugadores más destacados.

"No creo que haya un equipo en el mundo que en cuatro años califique a los octavos de final de su torneo continental. Lo que hicimos aquí es un milagro, impulsado por el amor al futbol y el trabajo duro", asegura.

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