Culturas

Sergio Ramírez dedica el Cervantes a víctimas de protestas en Nicaragua

El escritor y expolítico centroamericano es el primer autor de Nicaragua que recibe el máximo galardón de las letras en español.

Sergio Ramírez, escritor y expolítico nicaragüense, dedicó este lunes el mayor galardón de las letras hispanas a los fallecidos en las protestas contra la reforma de la seguridad social en su país.

"Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que siguen luchando porque Nicaragua vuelva a ser república," dijo Ramírez al recibir el Premio Cervantes de 2017 de manos del rey Felipe VI de España en la Universidad de Alcalá de Henares.

Hasta este lunes se registran 27 muertos en Nicaragua por las protestas.

El exvicepresidente, que lució un crespón en la solapa durante la ceremonia, fue premiado "por reflejar la viveza de la vida cotidiana, convirtiendo la realidad en una obra de arte" en una variedad de géneros literarios, destacó el jurado.

Ramírez, autor de más de 20 novelas, además de numerosos ensayos y cuentos, es el primer escritor nicaragüense premiado con el Cervantes, dotado con 125 mil euros (148 mil dólares).

Eduardo Mendoza, novelista español, fue el anterior galardonado con el premio, cuyo jurado suele alternar a su ganador entre autores españoles y latinoamericanos.

Reflexionar sobre la obra de Miguel de Cervantes, autor de El Quijote, fue otra tradición a la que Ramírez también se apegó.

"Frente a la locura que pasma, Cervantes no se inquieta", señaló Ramírez durante su discurso, añadiendo que el autor del siglo XVI "nos enseña a ser compasivos y nos enseña a ser combativos".

Ramírez también recordó a Rubén Darío, el poeta nicaragüense y gran figura del modernismo literario en lengua española.

"Es curioso que una nación latinoamericana haya sido fundada por un poeta con las palabras y no por un general con la espada al aire", subrayó.

El escritor, que estuvo acompañado en la ceremonia por su mujer, sus tres hijos y sus ocho nietos, participó el domingo en una protesta en el centro de Madrid para pedir el fin de la violencia en Nicaragua, a la que se refirió como "represión insostenible".

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