Limitaciones y debilidades viven en zoológico de Tennessee Williams

Ambientada en San Luis, Missouri, en 1937 –en los años de depresión económica–, El zoológico de cristal se centra en el cerrado círculo de una familia integrada por una madre soltera y sus dos hijos: Tom, el poeta obligado a trabajar en una fábrica, y Laura, la joven atrapada en sus propios demonios.

Diego del Río dirige el montaje próximo a estrenarse en el Teatro Helénico, y comparte cómo Tennessee Williams logra, con este texto tan personal, generar empatía entre los personajes y el espectador. "Es un material muy íntimo que da al clavo con ciertos miedos y deseos que todos los seres humanos tenemos, porque todos, sea como sea nuestra familia, venimos de una. Esta vive en un contexto muy difícil, marcada para siempre por el abandono del padre, y los hijos tratando de ser quienes quieren ser, con sus limitaciones y debilidades".

Tennessee Williams se llamaba Tom, como el personaje principal. Su madre padecía bipolaridad, aunque en su tiempo no existía ese diagnóstico; su hermana Rose también tenía una condición particular. "Hay algo de eso en el personaje de Amanda, que interpreta Blanca Guerra, y en Laura, que interpreta Adriana Llabrés, ella es el reflejo de Rose, quien padecía discapacidades emocionales y mentales tan profundas, que incluso fue una de las primeras mujeres a las que le hicieron la lobotomía en Estados Unidos".

A diferencia de lo que ocurre en la obra, el autor nunca abandonó físicamente a su hermana, pero sí tuvo que poner una distancia emocional para poder sobrevivir, agrega el director. "También es una crítica al modelo norteamericano, en el que la clase media la tiene muy difícil, trabajando para sobrevivir, dejando de lado sus sueños", agrega sobre la puesta, cuyo elenco completan Pedro de Tavira, Mariano Palacios y David Gaitán, alternando funciones.