Culturas

El humor es escudo y espada para dar batalla: cartonistas

El cartonista argentino 'Tute' dibuja escenas cotidianas que exhiben el machismo y otros asuntos como la solead o el desencanto de las sociedades contemporáneas.

Al final siempre soy yo el que se queda conmigo. Esta frase, fulminante por verdadera, describe a la perfección el humor siempre filoso y filosófico del cartonista argentino Tute. Es graciosa porque es terrible, y la risa, dice el humorista, aparece como una medicina.

"En una terapia sicoanalítica se dice que el principio de la cura es poder poner en palabras la angustia, y parafraseando esta idea, diría que el humor y el arte en general son una sublimación del artista. En general, hacemos lo que hacemos para quitarnos la angustia de encima", dice en entrevista telefónica desde Buenos Aires.

Juan Matías Loiseau, Tute, comenzó a publicar sus dibujos en el diario La Nación en 1999 y es autor de 13 libros publicados por Editorial Sudamericana en Argentina, entre ellos la novela gráfica Dios, el amor y dos o tres cosas más (2014), con prólogo de Quino, quien lo describió como el mejor humorista gráfico de los últimos años.

También poeta y cineasta, creador de Batu y Trifonia y Baldomero, personajes de tiras y libros para niños, algunos de sus títulos han aparecido en España, Francia, México y Brasil.

Hijo mayor del fallecido historietista Caloi (Carlos Loiseau) comenzó a escribir letras de canciones gracias a un proyecto de tango junto al cantante Hernán Lucero y el jueves próximo lanza Canciones dibujadas, un trabajo audiovisual con letras y dibujos suyos, que incluye voces y dibujantes invitados -entre estos últimos su hermana Aldana Loiseau, Luis Scafati y el Sike-.

Canciones dibujadas aparecerá en una edición en vinilo, y estará disponible digitalmente en https://un3.tv/, el canal universitario productor del proyecto.

Tute define su oficio como un mecanismo de defensa, que le permite devolver con humor aquello que le perturba. "Es un escudo y también una espada, es la manera de dar batalla".

Dibuja escenas cotidianas que exhiben el machismo y otros asuntos como la solead o el desencanto de las sociedades contemporáneas, de modo que el chiste se convierte en algo trascendental.

"La filosofía está permanentemente en mi trabajo, porque está en mi vida: filosofar es preguntar, al mundo y a uno mismo. Cada cuadrito de humor que hago bien podría ser una pregunta, una duda", dice quien tiene como antecedente el humor de Quino.

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