Culturas

'El convivio del difunto': simulación mexicana en su máxima expresión

La Compañía Nacional de Teatro montó la obra del dramaturgo Martin Zapata.

En alguna ocasión, un amigo cercano a Miguel de Cervantes le expresaba mediante una carta que la máxima virtud de su libro Don Quijote era que lograba oscilar entre el llanto y la risa, mostrando las dos grandes pasiones que mueven al hombre. Hoy, Martín Zapata nos entrega algo semejante con su obra El Convivio del Difunto.

Zapata, galardonado con el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2018, la reestrena tras un rotundo éxito durante su primer temporada. La obra es montada por la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y el eje central de la obra es la muerte.

Para Martín, trasladar un suceso trágico como lo es la muerte de una persona hacia su lado opuesto, lo risible y lo cómico fue un proceso que se dio espontáneamente conforme iba escribiendo la trama, incluso asegura que los géneros dramáticos se van mezclando entre sí hasta conformar una especie de híbrido.

"Creo que al ir escribiendo, las cosas van saliendo solas, se van armando y uno va descubriendo para dónde van; si es algo que va hacia lo cómico o más hacia lo trágico, pero yo creo que cada vez más, los géneros dramáticos se van mezclando, se van haciendo híbridos", expresó.

El trabajo de Zapata fue puesto en escena por primera vez en mayo del año pasado y trata sobre un amor no compensado y uno que sí es correspondido de manera plena. La obra es situada en la década de 1970 y narra la historia de Leonor, una mujer mexicana de clase alta que ha perdido a su marido, Mauricio. Sin embargo, por una razón inexplicable Mauricio, aunque está muerto, sigue hablando y moviéndose.

El nudo de la obra se va desarrollando conforme sus personajes van bebiendo uno que otro jaibol, lo que hace que comiencen a volverse más honestos y se atrevan a decir cosas que antes les daba vergüenza, como en el caso de Mauricio que declarará su verdadero sueño en la vida.

Momentos después, la mesa está puesta para realizar lo que parece ser la última cena juntos, degustando un mole oaxaqueño; en este punto es cuando se empiezan a hacer confesiones que cambiarán el curso de la obra.

A lo largo de la obra, los personajes bailan al ritmo de Can´t Take My Eyes Off You de Gloria Gaynor o de un romántico vals con la canción de Il Mondo de Jimmy Fontana.

La labor dramática de Martín Zapata en esta tragicomedia acerca al espectador mediante un sutil vaivén hacia el llanto y a la risa, mostrando con ello el fino tacto de su creador para exponer al ser humano con sus deseos, sus pasiones, sus secretos y sus culpas, rememorando al trabajo de los dramaturgos clásicos.

Sin embargo, a pesar de mostrar el carácter de lo humano en su expresión más pura, el escritor de más de 15 textos dramáticos, comenta que en esta obra se hace manifiesto el mundo de dobleces que tenemos los mexicanos: cuando decimos algo y en realidad estamos diciendo otra cosa.

"Estamos acostumbrados a mentir de alguna manera, con engaños grandes o chiquitos. Se nos da fácil salir de los conflictos mediante embustes y el otro entiende que estás mintiendo, así que también lo hace, pero ambos saben lo que piensa el otro y así se va tejiendo toda una serie de subtextos en nuestras relaciones", afirma el dramaturgo.

El elenco de El convivio del difunto está conformado por los actores: Arturo Beristain, Mariana Giménez, Juan Carlos Remolina, Astrid Romo, Gastón Melo y Diana Fidelia.

El montaje estará del 2 al 26 de agosto de jueves a domingos, en el Foro de las Artes ubicado en el Centro Nacional de las Artes (Cenart). Los boletos se pueden adquirir a través de Ticketmaster o en las taquillas del centro.

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