Culturas

Alí Chumacero: 100 años del poeta de Acaponeta

El poeta fue recordado en el aniversario 100 de su natalicio en la 39 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Alí Chumacero (Acaponeta, Nayarit, 9 de julio de 1918-Ciudad de México, 22 de octubre de 2010), poeta de largo aliento, editor meticuloso y ensayista de preclaro entendimiento, fue recordado este día en la 39 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM) con motivo del centenario de su natalicio.

El escritor Oscar Mata, alumno y amigo personal del homenajeado, habló de Alí como el sabio que fue, y de las enseñanzas en materia de letras y de vida. "Siempre lo consideré un maestro, porque su sapiencia no tenía límites", subrayó el también reconocido bardo, para dar paso a una somera biografía de Alí Chumacero, que el público escuchó atento.

Esta tarde el Salón Filomeno Mata del Palacio de Minería, fue escenario para un acto más del homenaje nacional que durante el presente año se rinde a quien como editor, recayó la responsabilidad de revisar, corregir y editar la célebre obra "Pedro Páramo", primera novela de Juan Rulfo.

Mata mencionó algunos pasajes de la vida de Chumacero y recordó que cuando llegó a la Ciudad de México, procedente de su natal Acaponeta, encontró hospedaje muy cerca del popular barrio de La Lagunilla, cerca del Centro Histórico. "Pronto adquirió el vicio de los libros, por eso con regular frecuencia visitaba las librerías de viejo".

Dijo que esa afición que pronto se convirtió en un impulso irrefrenable en el entonces joven Alí, le llevó a crear una amplia biblioteca que con el tiempo alcanzó cerca de 50 mil volúmenes. Lo anterior, a costa de sacrificios, porque debía hacer rendir el dinero que la familia le mandaba para que estudiara aquí. A veces no comía, a veces no cenaba.

En el acto, Blanca Luz Pulido leyó una selección de poemas del mítico editor nayarita, no sin antes recordar una de sus gracejadas recurrentes. "El hombre, decía Don Alí, tiene tres edades: La juventud, la madurez y la de qué bien te ves". Acto seguido, de su bolso sacó un ejemplar de la antología personal de Chumacero, y leyó sobre sus hojas.

De ese modo la lectura en voz alta se hizo con "Elegía del marino", "Imagen de una voz", "Inolvidable", "Al monumento de un poeta", y por último, "Cuerpo en las sombras" que los asistentes pagaron con un aplauso nutrido y lleno de sentimiento. Sin embargo, el humor fino que caracterizó al editor y poeta no dejó de marcar su figura en el homenaje.

De acuerdo con Luis Chumacero, hijo del vate, uno de los chistes más celebrados por su padre y su grupo de amigos más cercanos, era decir con voz clara y profunda, seria y solemne: "Voy a morir a los 110 años de edad apuñalado por un marido celoso", para quien creyera que Alí era un "casanova" incorregible, cosa que no era cierta.

Luis dejó ver que su papá fue talentoso, amante del futbol y de la fiesta brava. "Compraba un diario deportivo y la hoja con la tabla de posiciones, la pegaba en una de las paredes de la casa, para que yo supiera en qué lugar estaba cada equipo y no estuviera pregunte y pregunte; los domingos, me llevaba a las corridas de toros", recordó risueño.

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