Ciencia

Del mar al laboratorio, el sargazo puede ser utilizado por la industria alimentaria

El sargazo en el Caribe mexicano puede ser una oportunidad para los sectores farmacéutico y alimentario que deseen aprovechar sustancias químicas, aseguró un experto del IPN.

El arribo de sargazo en el Caribe mexicano puede ser una oportunidad para los sectores farmacéutico y alimentario, que deseen aprovechar sustancias químicas como los alginatos para el desarrollo de productos, aseguró Francisco Arreguín Sánchez, doctor del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El académico del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas explicó que el Politécnico Nacional tiene experiencia, de hace más de 30 años, en la extracción y uso de alginatos en el litoral del Pacífico, los cuales son utilizados por dichas industrias.

"El IPN tiene más de 30 años que inició trabajos para el aprovechamiento del sargazo, nadamás que se refiere a la especie del Pacífico, la especie del Atlántico es un poco diferente, pero los colegas que trabajan con los alginatos me dicen que podría ajustarse la tecnología para poder aprovechar también el sargazo del Atlántico", dijo en entrevista con El Financiero Bloomberg TV.

A través de un comunicado del IPN, consideró que la tecnología desarrollada por ellos, tendría que adaptarse al sargazo para ser aprovechada.

Reconoció que combatir el problema del arribo masivo de esta alga, requiere de una colaboración internacional y de los sectores público y privado, para generar un modelo de aprovechamiento adecuado.

Dijo que lo anterior demanda la participación de expertos en aspectos atmosféricos, oceanográficos y biología marina, que permita estimar la cantidad de sargazo que puede llegar a las playas en los países afectados para tomar las medidas necesarias y mitigar el impacto.

Arreguín Sánchez indicó que el alga no es dañina para los animales marinos, incluso es un hábitat que sirve para crianza de las tortugas marinas jóvenes y para otras especies, como las anguilas e invertebrados.

No obstante, señaló los efectos negativos: la costa de Quintana Roo es muy conocida por ser zona de nidación de tortugas, cuando los huevos eclosionan y los juveniles se van al mar, el sargazo puede ser una especie de barrera en su traslado.

Destacó la acumulación de esta alga en las costas se presenta en varios países de África, en el norte de Brasil, en el Caribe, en México y Estados Unidos.

Señaló que las tendencias de los índices climáticos y oceánicos advierten que el fenómeno que hoy vive Quintana Roo, será recurrente en las próximas dos décadas.

Comentó que en junio de 2015, cuando se registró una llegada atípica de sargazo al Caribe, se estimó una cobertura de alrededor de 700 kilómetros cuadrados de playa, y en el mismo mes de este año, se registraron más de dos mil 500 de cobertura, es decir, casi cuatro veces más que hace tres años.

"Este fenómeno de acumulación de sargazo en playas del Caribe, tiene su origen en el cambio climático, un proceso natural que se asocia a ciclos con frecuencia de aproximadamente 70 años, manifestándose claramente en lo que se conoce como cambio de régimen, a inicios de la década del 80, donde termina un periodo de enfriamiento de varias décadas, y empieza uno de calentamiento", detalló Francisco Arreguín.

"El proceso que vivimos ahora del sargazo abarca todo el Atlántico. Aparece una anomalía que es periódica, que debilita las corrientes del Atlántico y fortalece lo que se conoce como el giro del Atlántico tropical, dentro del cual se encuentra el mar de los sargazos. Como a la par de esto hay debilitamiento de los vientos alisios de África, esto facilita que se desprendan (las algas), entran al agua a mayor temperatura y sigue viviendo", explicó.

Respecto a las propuestas de contener la llegada de sargazo a través de barreras, el experto señala que esta alga debe procesarse para evitar problemas sanitarios.

"Las carreras por sí mismas no resuelven el problema, hay que extraer el sargazo porque sino simplemente se desvía a otro lado. El asunto es que todos los índices de ambientales sugieren que tendremos este problema por una o dos décadas más", finalizó.

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