Brasil

Uruguay es La Morsa

Ser mejor que el otro, más generoso con el trato al balón, más abierto y más sincero con la belleza no equivale a ganar el litigio sobre el césped. Los uruguayos anotaron dos goles, los ingleses uno: sentencia básica.

Una vez más queda en claro que el futbol no es una ciencia, dos y dos casi nunca dan cuatro; tampoco economía, empeñar más ímpetu, talento y agresividad no llevan al éxito, y tampoco justo. Ser mejor que el otro, más generoso con el trato al balón, más abierto y más sincero con la belleza no equivale a ganar el litigio sobre el césped. Inglaterra ha sido muy superior en todos los terrenos medibles a Uruguay. Pero el futbol consiste, nada más, en meter la pelota en la portería. Ésa es su única lógica, su único dato duro, su única moral. Los uruguayos anotaron dos goles, los ingleses uno: sentencia básica.

Sucede que desde que la econometría se metió a la tribuna se han distorsionado los ojos. El tiempo de posesión del balón vale en deportes americanos, como el football; las asistencias son válidas en el baloncesto y la distancia recorrida por un conjunto de jugadores vale como anécdota, casi como tema para charlar en la cantina. En el futbol nada es cierto. Es más: como bien lo demostró Luis Suárez, a veces ni siquiera es un deporte de conjunto. A veces dos desplantes de un jugador son suficientes para acabar con la armonía del rival, por muy organizado que éste se encuentre.

Va siendo tiempo de ver al juego más lindo como lo que es. Lo aseguraba que si una obra de diseño no cumple con las funciones para la que está hecha no sirve para nada. Sin ser drásticos, ni mecánicos, puede decirse lo mismo del juego de esta tarde: si Inglaterra juega lindo pero no anota, vale de poco lo lindo. Ahora está al borde de la eliminación a pesar de plantar dos buenas caras a Italia y a Uruguay. El juvenil equipo inglés no pudo ante un tradicional equipo sudamericano, obrero, sin imaginación ni encanto. Su única fortaleza ha sido el temperamento, cosa no desdeñable.

Costa Rica dejó en claro que Uruguay es un león viejo que se defiende más por sus mañas que por sus encantos. La fiera herida sabe que en cada minuto se está jugando el último. Ahora ante otra destructora del juego, Italia, medirá fuerzas maquiavélicas para saber si la garra queda para seguir en el camino. Otra forma sería igual: depender de Suárez para resolver lo que el equipo está ya imposibilitado de hacer: anotar.

Uruguay es La Morsa que avanza ya por inercia y no por atributos.

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