Brasil

Mark Twain y el atletismo

Pocos equipos en esta competencia han demostrado tan alto nivel de velocidad como el americano, que debió ganar sobradamente el encuentro, pero el azar es veleidoso como la mar. El empate ante Portugal, suena a mucho premio para una escuadra europea chata y mediocre.

Estados Unidos juega en jeans. Es el equipo más atlético del Mundial de Brasil. Y uno de los más competitivos. Si Francia avanza silenciosamente entre las grandes, los americanos lo hacen llamando la atención justamente por sus fachas. Seguros de sí mismos, han dado una lección de entereza a un equipo portugués mediano hasta en sus sueños.

A pesar de contar con el ego más desbordado del certamen, Cristiano, los europeos salieron a la cancha a encontrar moronas y se conformaron con poco; el empate en el postre del tiempo regular suena a mucho premio para una escuadra chata y mediocre.

Pocos equipos en esta competencia han demostrado tan alto nivel de velocidad como el americano, que debió ganar sobradamente el encuentro, pero el azar es veleidoso como la mar. La sofisticación de Klinsmann raya en el límite: ha logrado imprimir exactitud a la vertiginosa ofensiva de un plantel que ya ha logrado convertir al futbol en una faena sencilla. Dinámico, el conjunto americano fue, sin embrago, incapaz de traducir la solvencia y goles y ahora con un empate ante Alemania, estará asegurando su pase a los octavos de final.

Hay que destacar la preparación física de este conjunto porque, dadas las condiciones de humedad, el desgaste ha sido mucho. Italia, Alemania y Bélgica han dado muestras de que el clima es el enemigo invisible en Brasil. Los americanos, atletas de altísimo rendimiento, parecen no tomarlo en cuenta. Su futbol lineal, con largos pases y filtraciones por los extremos es más demandante que el de Irán, por ejemplo.

El equipo que tenga el infortunio de encontrarse con los estadounidenses tendrá que pensar muy bien su esquema, porque este plantel con desparpajo burla todo pronóstico. Juega como Estados Unidos, y esas son malas noticias para los países que se ponen corbata a la hora de las citas.

Los americanos son una realidad del mañana.

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