Brasil

El ímpetu es Bosnia

Cuando llegó el 1-2, con el tiempo a cuestas, el parte de guerra indicaba lo siguiente: un error garrafal, una jugada inspirada del general Messi y un gol a favor.

Una pista de Lionel Messi resuelve un tango atragantado para la celeste, ese fantasmal sindicato de medianías. Ninguna llamada al alba trae buenas noticias. Bosnia lo sabe ahora. Antes del minuto 3 ya perdía con autogol macabro y lactante. Desde ese momento y hasta la genialidad repetida del astro, Argentina desapareció del mapa.

Desarticulada, lejana y hasta torpe de movimientos, dejó la responsabilidad del encuentro en un equipo Bosnio voluntarioso, ordenado y, por muchos momentos, brillante. Los intentos al arco de los balcánicos sobrepasaron en mucho a los sudamericanos, obligados más de una vez al hacha. Si el empeño bosnio no se tradujo en goles se debió, en gran medida, a su falta de pericia en el área chica.

Equipo joven, casi adolescente, en mundiales, Bosnia necesita tablas, oficio, para terminar las jugadas en la portería rival. Pero durante todo el juego fue un dínamo que separó a los rivales con una presión abrumadora. Prueba de esto es el trabajo extra, el agotamiento de más del conjunto azul, invencible como el pundonor mismo. Cuando llegó el 1-2, con el tiempo a cuestas, el parte de guerra indicaba lo siguiente: un error garrafal, una jugada inspirada del general Messi y un gol a favor.

La novedad estaba en el frente: Bosnia será una mina terrestre para el que se le atraviese. Argentina fue paseada esta tarde en Río, aunque el marcador indique lo contrario. Va quedando claro que el resultado de los juegos a veces depende más de las pistas que de las certezas.

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