Historia conmovedora sin final feliz. Dmitry y su gemelo Kirill se unieron a la escuela Spartak de Moscú a los cuatro años.
Peleaban mucho con los entrenadores. Su padre los cambió a las filas del Dínamo, en el que debutaron y militaron hasta 2010.
Inseparables, Dmitry y Kirill eran amos del medio campo. Cuando llegó la oferta de regreso del Spartak, el club sólo se interesaba por Dmitry y él se negó a alejarse de su gemelo. El club, atado, compró a los dos.
Fabio Capello, entrenador de Rusia, no tuvo el mismo corazón. Kirill quedó fuera del Mundial. Seguirá a su hermano desde la tribuna ante Corea del Sur.
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