Se suponía que iban a ser sus últimas vacaciones juntos en Singapur antes de casarse, pero se convirtieron en una pesadilla de búsqueda de noticias sobre un avión desaparecido.
Louise Sidharta, de 25 años, se enteró de la desaparición del avión de AirAsia mientras se dirigía al aeropuerto de la ciudad de Surabaya, en el centro de Indonesia.
Ella sabía que su novio y la familia habían abordado un vuelo anterior a Singapur, donde todos iban a pasar las vacaciones juntos; ella los alcanzaría allá. Pronto se confirmaron sus temores.
Aviones y barcos de búsqueda y rescate de por lo menos cuatro países recorren extensos tramos del Mar de Java un día después de que el Vuelo QZ8501 desapareciera frente a la costa de Borneo.
El avión partió de Surabaya con 155 pasajeros y siete tripulantes, y desapareció de las pantallas de los radares poco después de que los pilotos solicitaran un cambio de rumbo para evitar nubes.
En el Aeropuerto Changi de Singapur, donde aún se ven las brillantes decoraciones navideñas, se ha creado una zona en el interior de la sala de migraciones para los familiares y amigos de los pasajeros.
Algunos de las familias optaron por volar a Surabaya en busca de noticias y se sumaron a quienes ya esperan en el aeropuerto de Indonesia.
La desaparición del avión es un triste recordatorio para quienes perdieron familiares y amigos en dos aviones de la compañía estatal Malaysian Airlines. El vuelo 370 se desvaneció de las pantallas de los radares en ruta a Beijing procedente de Kuala Lumpur el 8 de marzo, mientras que el MH17 fue derribado en Ucrania en julio.
Sidharta, quien ingresó ayer a la zona de espera de Changi al aterrizar su vuelo, dijo que su novio, Alain, un empresario de 27 años, viajaba con sus padres y tres hermanos. No proporcionó más detalles. La lista de pasajeros comprendía a un hombre llamado Alain Oktavianus.
PENSAMIENTOS POSITIVOS
"Planeábamos casarnos en mayo del año próximo", declaró Sidharta a la prensa. "En este momento no tenemos pensamientos negativos. Sólo tenemos pensamientos positivos".
En Surabaya, unos 200 familiares y amigos aguardaban en silencio, algunos llorando, en una sala de crisis en el aeropuerto donde recibían información por parte de funcionarios gubernamentales y de la línea aérea.
Una mujer que se encontraba fuera de la sala, que aferraba una foto y dijo llamarse Nana, declaró que cuatro de los cinco miembros de la familia para la que trabajaba iban a bordo del vuelo. "Hace ya 18 años que estoy con la familia", dijo entre sollozos. "Cuidé a los hijos desde que eran bebés".
Nana dijo que estaba empleada con la familia de Herumanto Tanus y su esposa, Indahju LIangsih, y que tenían tres hijos. Agregó que Nico Giovanni, de 17 años, y Justin Giovanni, de nueve, viajaron con sus padres a visitar a su hermana, Chiara Natasha, que estudia en Singapur. Antes de partir, el padre dijo: "Vamos a reunirnos con Chiara en Singapur. Cuídense en Surabaya", contó Nana.
El máximo responsable ejecutivo de AirAsia, Tony Fernandes, quien regresó hoy a Surabaya tras volar a Yakarta, dijo en Twitter: "Mi corazón llora por nuestros pasajeros y los miembros de la tripulación".
Bloomberg