Resulta agradable ver que al menos una empresa japonesa puede obtener rentabilidad del deseo de sus consumidores por los videojuegos.
Mientras el mundo perdía la cabeza por Pokemon Go y los inversores de Nintendo comenzaban a entender lo poco que esto ayudaría a reforzar las ganancias de la empresa, Sony contaba el dinero en efectivo de su tradicional portafolio de juegos y consolas de juego.
KazuoHirai, máximo responsable ejecutivo de Sony, debería estar sumamente complacido en anunciar a los accionistas que, en vez de anotar la pérdida neta de 39 mil millones de yenes (377 millones de dólares) esperada por los analistas para el segundo trimestre, registró una ganancia de 21 mil 200 millones de yenes. Gran parte de ese cambio de suerte proviene de "un significativo aumento en las ventas de software de PS4, incluyendo ventas a través de la red", anunció Sony el viernes. Al mismo tiempo, los márgenes operativos del negocio de servicios de juego y redes se vieron respaldados por una reducción en los costos del hardware para fabricar la PlayStation 4.
Por consiguiente, Sony prevé que las ventas para el año completo y las ganancias operativas serán mayores de lo esperado en mayo. No obstante, el fluctuante yen está atacando una vez más, impulsando a Sony a rebajar su perspectiva de ventas totales tanto en la unidad de juegos como en toda la compañía, mientras mantiene las estimaciones de ingresos operativos.
Un impacto menor al esperado debido a los terremotos de abril en Kumamoto también es una razón para que los inversores celebren, aunque los analistas probablemente apostaron a que Sony habría sido extremadamente cauto desde un principio, dejando un margen para ajustar las pérdidas previstas por el fatal sismo.
Incluso los productos de las divisiones de imágenes y entretenimiento casero generarían mejores resultados operativos para este año, en parte gracias a un rápido reabastecimiento de los componentes.
Aun así, no hay que desmerecer a la unidad de juegos. Sin contar los efectos de las divisas, el negocio registró un aumento de 25 por ciento en las ventas frente al año anterior mientras los consumidores seguían comprando la consola PlayStation 4 y los juegos de la compañía casi dos años y medio después de ser presentados por primera vez. Las ventas de Sony sin los impactos de las divisas cayeron un 3 por ciento.
Si hay una lección que deben aprender los que apostaron por la repentina aparición de Pokemon Go, es que nunca deben pasar por alto el valor de la lealtad de un cliente a largo plazo por el entusiasmo de una locura de corto plazo.