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Ni los mejores seleccionadores de acciones superan a los robots

El anuncio de BlackRock del despido de 5 seleccionadores de acciones es sólo la confirmación de una tendencia que poco a poco se ha venido dando: la gestión activa tradicional está muriendo, pero no por que sea difícil, sino todo lo contrario.

BlackRock hizo temblar el mundo de la gestión activa esta semana, cuando anunció que había despedido a cinco de sus 53 seleccionadores de acciones (analistas o inversionistas que utilizan algún análisis sistemático para seleccionar acciones).

BlackRock también traspasará seis mil millones de dólares de los 201 mil millones que tiene invertidos en gestión activa tradicional a estrategias cuantitativas.

Puede que el anuncio no provoque un terremoto, pero anticipa una tendencia más amplia: la gestión activa tradicional está muriendo pero quizá no por la razón que se podría pensar.

En los últimos años se han acumulado pruebas de que la amplia mayoría de las firmas de gestión activa no superan al mercado una vez deducidas las comisiones. Una reacción común es decir que superar al mercado es demasiado difícil y que, por lo tanto, intentarlo es una pérdida de tiempo y dinero.

Pero la verdad es justamente lo opuesto.

Como ya he dicho anteriormente, el problema no es que las administradoras activas no logren tener un desempeño superior al mercado; es que se guardan ese desempeño superior para sí con sus altas comisiones.

Entretanto, los proveedores de índices han convertido los estilos tradicionales de gestión activa –como el valor, la calidad y el impulso- en índices sorprendentemente simples manejados por computadoras. Esos índices han superado al mercado y ahora son de fácil acceso para los inversionistas bajo la forma de 'Fondos Beta Inteligentes' de bajo costo.

Los fondos beta inteligentes han demostrado ser una alternativa más popular a la gestión activa tradicional. Según Morningstar, los inversionistas retiraron 313 mil millones de dólares de los fondos de inversión más negociados en los últimos cinco años hasta fines de 2016.

Al mismo tiempo, invirtieron 314 mil millones de dólares en fondos de inversión beta inteligentes.

En otras palabras, la selección de acciones no está muriendo porque es demasiado difícil sino porque es demasiado fácil.

No sólo será el seleccionador de acciones promedio el que será desplazado por las computadoras. Incluso los mejores tendrán dificultades para igualar a los robots.

De hecho, si los fondos beta inteligentes hubiesen existido hace 30 años, muy probablemente habrían estado a la par de los seleccionadores de acciones más aclamados o incluso los habrían superado.

Analicemos el historial de dos integrantes del salón de la fama.

Bajo la dirección de Peter Lynch, el Magellan Fund de Fidelity pagó un rendimiento de 29.1 por ciento anual desde mayo de 1977 a mayo de 1990, incluyendo dividendos, con una desviación estándar de 21.1 por ciento. (La desviación estándar refleja la volatilidad de desempeño de una inversión; una desviación estándar más baja indica una trayectoria menos accidentada.)

Ahora, comparémoslo con una estrategia cuantitativa simple de valor elaborada por el profesor de Dartmouth Ken French que selecciona el 30 por ciento de las acciones más baratas de los mercados estadounidenses por medio de su relación precio/valor en libros y les da una ponderación similar a cada una de ellas.

Esa estrategia pagó un rendimiento de 23 por ciento anual en el mismo período, con una desviación estándar de 17 por ciento (menos volatilidad que la estrategia tradicional).

Utilizando la medida más simple del retorno ajustado por riesgo –el rendimiento anual dividido por la desviación estándar– tanto Lynch como la estrategia de valor obtuvieron ratios idénticos de retorno/riesgo de 1.4 por ciento.

Analicemos también la legendaria racha ganadora de quince años de Bill Miller frente al S&P 500.

El Legg Mason Value Trust de Miller pagó el 16.4 por ciento anual durante un periodo de quince años comprendido de 1991 a 2005, con una desviación estándar de 18 por ciento. La estrategia de valor de French, en comparación, tuvo un rendimiento de 27.3 por ciento anual con una desviación estándar de 17.3 por ciento.

Esta vez tanto los rendimientos absolutos como los ajustados por riesgo de la estrategia de valor fueron mejores. El Value Trust tuvo un múltiplo retorno/riesgo de 0.9, comparado con el 1.6 de la estrategia de valor.

Es cierto que la estrategia de valor perdió frente al S&P 500 en dos de esos 15 años -1995 y 1998- pero sospecho que los inversionistas se habrían sentido más que consolados con los retornos más altos de la estrategia.

Sin embargo, eso no tiene por qué ser la tumba de las firmas de gestión activa. Una tecnología que maneja grandes cantidades de datos y la demanda de comisiones más bajas de los inversionistas, han hecho inevitables los cambios en el negocio de los fondos. Todo lo que puede ser automatizado y distribuido de manera barata –como la selección de acciones- debe serlo.

Pero no todo puede automatizarse… aún.

Los proveedores de índices no han podido reproducir todo el menú de estrategias de los fondos de cobertura. Al mismo tiempo, una creciente cantidad de inversionistas se resiste a pagar las comisiones de los fondos de cobertura. Eso allana el camino para que las administradoras activas ofrezcan las estrategias de los fondos de cobertura a un precio más bajo, tal como han hecho los fondos de índices con la selección de acciones.

Esa tendencia ya está en marcha.

Según Morningstar, los activos de los llamados fondos alternativos –que ofrecen estrategias de fondos de cobertura en un envoltorio de fondos de inversión– se han disparado de 39 mil millones de dólares diez años a 209 mil millones al día de hoy.

Adivino que los fondos de inversión alternativos continuarán beneficiándose con la creciente desilusión de los inversionistas respecto de los fondos de cobertura.

Los seres humanos todavía tienen un lugar en la actividad de inversión, pero no bajo la frma de la antigua selección de acciones. Las firmas de gestión activa deben tomar conciencia de esta nueva realidad.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.

*Nir Kaissar es el columnista de Bloomberg Gadfly que cubre los mercados. Es el fundador de Unison Advisors, firma de gestión de activos. Trabajó como abogado de Sullivan & Cromwell y consultor de Ernst & Young.

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