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Nadella, el espíritu de los indios que marcó a la industria tecnológica

Satya Nadella, CEO de Microsoft, es el reflejo de la generación de los estudiantes de la India de los 80 que buscaron en Etados Unidos un refugio para explotar su conocimiento. 

Satya Nadella era como muchos ingenieros indios recién recibidos en los 80: disciplinado, decidido, fanático del cricket y poseedor de una visa estadounidense.

Un pasaje a los Estados Unidos era el oro que buscaban los veinteañeros con títulos tecnológicos de su generación. Con uno de ellos, el chico delgaducho que se comía las uñas y divertía a sus compañeros con imitaciones de sus profesores se sumó a una ola de talento inmigrante que ayudó a construir Silicon Valley y la industria del software. Ahora de 46 años y al mando de Microsoft Corp., Nadella viajará a India la semana entrante por primera vez como máximo responsable ejecutivo. Es allí donde aprendió las enseñanzas que lo ayudan a manejarse en los diversos feudos de la empresa.

"En India, uno aprende a ser diplomático, piloto y mediador", dijo Vivek Wadhwa, director de investigación del Center for Entrepreneurship and Research Commercialization de la Universidad Duke. "La educación india te enseña la humildad. Hoy Microsoft es una serie de tribus y un entorno muy difícil y, si entras con una actitud arrogante, no tienes probabilidades de sobrevivir".

Nacido en Hyderabad, antes un centro del comercio de perlas y diamantes, Nadella creció con los privilegios del hijo de un funcionario de alto rango del Servicio de la Administración Pública de India. Se esperaba de él que llegara al máximo nivel académico y deportivo y que nunca se jactara de ello. De modo que, aunque su habilidad para lanzar la pelota en el cricket era espectacular, venía acompañada de un toque fundamental de retraimiento, y su compañero de colegio Pramod Chandrasekhar aún no ha olvidado cómo le arruinó el juego hace más de 25 años.

LECCIÓN DE CRICKET

Estaban jugando un partido entre las dos alas de los dormitorios de la elitista Escuela Pública de Hyderabad. "Antes de que arrojara la primera pelota, yo tenía el aire arrogante del tipo que va a anotar la carrera ganadora y él la actitud de alguien que está nervioso y preocupado por tener un buen desempeño", dijo Chandrasekhar, gerente de recursos humanos en Hyderabad, recordando cómo Nadella lo sacó de juego con la primera pelota. "Eso dice mucho sobre su manera de abordar las cosas, con una gran humildad y mucha preocupación por hacerlas bien".

Puede que hoy día Nadella no se muestre nervioso, pero la modestia y la ecuanimidad lo ayudaron a no perder el apoyo de los gerentes y los empleados, según personas de Microsoft que pidieron reserva de su nombre porque no están autorizadas a hablar del máximo responsable ejecutivo. Pese a que la compañía está rezagada respecto de sus rivales en materia de smartphones y tablets y que Nadella dispuso los despidos más importantes de la historia de Microsoft, el ejecutivo conserva el respaldo de aquellos. También dirigió un cambio de guardia en el directorio, reemplazó a ejecutivos de mucha antigüedad y redujo la escala de parte del trabajo en hardware que había hecho el CEO más bullicioso al que reemplazó, Steve Ballmer.


POESÍA MELANCÓLICA


Nadella también se ha centrado en hacer que Microsoft dependa más de los datos en tanto desarrolla y prueba productos, otra cosa que tiene sus raíces en el sistema educativo y la cultura de India, dijo Ash Ashutosh, máximo responsable ejecutivo de Actifio Inc. de Waltham , Massachusetts, y nativo de Hyderabad.

"Somos analíticos ante todos los problemas", explicó Ashutosh. "Tendemos a preferir un enfoque basado en los datos".
Al igual que la mayoría de los que inmigraron siendo más grandes, Nadella es una mezcla del país que dejó atrás y el que adoptó. Vive no muy lejos del campus de Microsoft en Redmond, Washington, con su esposa Anupama, que también creció en Hyderabad, y sus tres hijos. No accedió a ser entrevistado para esta nota.

Uno de sus uniformes consiste en unos jeans, zapatillas y buzo con capucha, lo que demuestra que Mark Zuckerberg de Facebook Inc. no es el único CEO tecnológico que lleva sudaderas en público. Le gustan los Ghazals, poemas melancólicos llevados a India por los mogoles, y es seguidor de los Seattle Seahawks. Según sus amigos, es retraído. Aunque esa difícilmente sea una característica exclusiva de los indios, es una a la que vuelven las personas de su generación y formación.
"Nuestro ego está siempre bajo control", dijo Ramana Jonnala, nativo de Hyderabad y máximo responsable ejecutivo de Coho Data Inc. de Vancouver. "No creemos que somos la segunda venida de Cristo ni que podemos lograr lo imposible. Sabemos cuál es nuestro papel".

ESFORZASE MÁS

Cuando los periodistas acamparon frente a la casa de los padres de Nadella el día que fue ascendido a CEO, su padre salió unos momentos.

"Todo esto es un revuelo innecesario. No entiendo para qué hace falta", dijo, según The Times of India.

Tras su llegada a los EE.UU. en 1988, Nadella quizá haya experimentado lo mismo que muchos de los de su clase socioeconómica, señaló Wadhwa de Duke. De pronto, eran extraños con poco conocimiento de la cultura popular y con acento y costumbres que los diferenciaban.

"Eso te motiva más que ninguna otra cosa", dijo Wadhwa. "Tienes que esforzarte más, pensar de manera inteligente. Conectarte. Relacionarte mejor con la gente. Te cambia toda la perspectiva".


TRES CARACTERÍSTICAS


En 1992, Richard Tait, ejecutivo de Microsoft que luego creó el juego Cranium, le dijo a un integrante de su personal, Jeff Teper, que encontrara un postulante con tres características: "Inteligente, que consiga resultados, que no haga enojar a los demás". Teper, hoy uno de los vicepresidentes de Microsoft al que recurrió Nadella para que se hiciera cargo de la estrategia empresarial, dijo haberle aconsejado a Tail que entrevistara al joven indio.

A comienzos de este año, la humildad y la actitud de colaboración de Nadella fueron dos de las aptitudes que atrajeron al directorio de Microsoft cuando buscaba un nuevo CEO. Nadella ocupó su cargo en febrero, con una remuneración anual de alrededor de 18 millones de dólares.

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