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Manejar un Ford T de 1914 te enseñará de nuevo a usar un coche

El primer auto diseñado para las masas es el modelo T de Ford de 1914. Conducir este clásico de clásicos en un mundo de vehículos inteligentes te hará redescubrir lo que realmente es manejar un auto.

En 1908, Henry Ford comenzó a vender su novedoso Ford T como el primer auto realmente accesible para las masas. Con un precio de alrededor de 500 dólares en aquella época (Ford terminó bajando el precio a casi 200 dólares, unos 5 mil dólares de hoy), era un presupuesto posible para un granjero o un carpintero.

Lo que es más importante, él promocionaba que sus coches eran fáciles de manejar, mucho más accesibles para conductores casuales y (¡guau!) mujeres, ya que los modelos posteriores arrancaban con un botón en vez de una manivela.

La cosa es que de todas formas, esos viejos Ford T eran bastante complicados de manejar.

El otro día, manejé un Ford T modelo 1914 por algunas carreteras con poco tránsito a más o menos una hora de distancia de Detroit. Los tres pedales en el piso, el freno de emergencia de un metro de largo, el acelerador montado al volante y la palanca del puente eléctrico también sobre el volante —por no mencionar la falta de frenos y dirección asistida y las temperaturas de 12° C— renovaron mi respeto por quienes manejaban este artefacto todos los días en carreteras duras y malas condiciones meteorológicas. No por nada en inglés se dice que manejar es "el baile del Ford T".

Esto es lo básico:

*Ceba la palanca eléctrica sobre el volante para que...

* Cuando presiones el botón de ignición bajo el asiento a tu izquierda, se active el motor de arranque.

* Luego deja parado el motor unos instantes para que se caliente.

* Pon el pie izquierdo sobre el pedal en el extremo izquierdo —eso dejará al auto en punto muerto en tanto el pedal saltará a la segunda marcha si suelta el freno de emergencia. Pon el pie ahí, pero no empujes hacia abajo, porque si lo haces pondrá primera y se ahogará cuando arranque.

* Suelta la palanca del freno de emergencia que está en tu muñeca izquierda mientras...

* Presiona suavemente el pedal izquierdo hacia adelante para poner primera y al mismo tiempo...

* Tira de la palanca del acelerador sobre el volante hacia ti con tu mano izquierda para ayudar a hacer avanzar el auto.

* ¡Despacio y con calma!

Para poner segunda (a unos 16 kilómetros por hora), se suelta el pedal izquierdo hacia el cuerpo del conductor, pasando el punto muerto, que es la posición intermedia entre primera y segunda (recapitulando: empuja hasta el fondo para la primera, suéltalo hasta la mitad para el punto muerto, suéltalo completamente para la segunda). Con ese acelerador manual y el hecho de tener que presionar a fondo para poner primera, es parecido a manejar una moto.

Un momento... ¿te pregunta para qué es ese pedal del medio? Es la marcha atrás. Y el pedal del pie derecho es el freno. Se puede frenar en cualquier momento, aunque si lo haces con demasiada energía, ahogarás el motor. Pero no hay problema, apretar rápido el botón eléctrico arrancará el coche de nuevo.

Una vez en segunda, el resto del auto es automático. Se puede acelerar hasta más o menos 72 km/h. La velocidad de crucero es más cercana a los 32 km/h.

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Este Ford T fue más difícil de manejar que cualquiera de los otros coches manuales clásicos que manejé. El acelerador es delicado y todos los pedales tienen que estar perfectamente alineados para frenar o pasar a punto muerto. Pero como la mayoría de las cosas, sólo lleva algo de tiempo encontrarle la vuelta.

Una vez que se aprende a manejar, el Ford T es silencioso, y el motor de cuatro cilindros y veinte caballos de fuerza parece muy poderoso (después de todo, el auto está hecho principalmente de madera y pesa menos de 680 kilos). Mejor todavía, es resistente. Con ese chasis alto, sus grandes ruedas de goma y la suspensión comprensiva, ni se inmuta si tiene que atravesar la nieve y el barro de enero.

Tiene sus cosas, claro.

Hay que entrar y salir por la puerta del pasajero, porque la del conductor está bloqueada por el freno de emergencia de un metro de largo. No hay frenos ni dirección asistida. La bocina es un cuerno. Esta cosa no tiene costados: modelos posteriores venían con cortinas que se desplegaban para mantener el calor, pero aparte de eso eran bestias al aire libre. Y el tanque de combustible de 37.8 litros viene sin medidor, por lo que hay que adivinar qué tan lejos uno fue y asumir que el coche hace unos 8.5 kilómetros por litro (en realidad, no tiene ningún tipo de medidor).

Pero si tales peculiaridades te parecen adorables en vez de irritantes, estás de suerte. A pesar del hecho de que este auto tiene cien años, no es particularmente raro. Deberías poder encontrar uno en eBay o Craigslist a unos 10 mil dólares.

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No es el auto más fácil de manejar que me ha tocado ni el más divertido, y definitivamente es más cursi que elegante. Pero es un pedazo tangible de historia, uno de los pocos íconos que todavía se pueden tocar, operar y decir, sin lugar a dudas, que esto cambió el mundo. Si tienes la oportunidad de manejar uno, aprovéchala.

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