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Los ‘26 enemigos’ de los lanzamientos espaciales de SpaceX

Los residentes del diminuto y pobre pueblo de Boca Chica, en Texas, se sienten intimidados y molestos con su nuevo vecino: SpaceX, la firma de Elon Musk que lanzará los primeros viajes al espacio privados. 

Todos los que viven en Boca Chica Village, las 26 personas, sabían que la compañía SpaceX de Elon Musk daría publicidad a esta localidad de South Texas al elegirla el año pasado como el primer sitio comercial de lanzamiento de cohetes en el mundo. Ahora, seguramente deben de querer que SpaceX se vaya y recuperar su anonimato.

Los residentes dicen que representantes de SpaceX les dijeron hace poco que estarían obligados a registrarse en el condado, usar distintivos y pasar puestos de control los días de lanzamiento, que tendrán lugar aproximadamente una vez al mes a partir del año próximo. Durante un tiempo de lanzamiento de unas 15 horas, su movimiento por el pueblo podría verse restringido. Si ocurre que están haciendo compras pasado un "punto de no retorno" designado, ni piensen en volver a su casa.

Los métodos propuestos por SpaceX para implementar las normas de seguridad, barrer la playa con drones y vigilancia de video, no mejoran precisamente la situación. Si bien las reglas todavía pueden cambiar, todo esto lleva a los habitantes a desear que SpaceX se vaya, en tanto algunos hablan incluso de actos de desobediencia civil o hasta de una demanda judicial.

“Yo pienso ‘¿están locos?’” dijo Cheryl Stevens, de 55 años, que se instaló en Boca Chica Village hace un decenio en busca de belleza rústica y serena. “Es como la Alemania nazi”. El portavoz de SpaceX, John Taylor, se negó a hacer declaraciones.


Este brote de indignación en la ciudad no es lo que tenían pensado los funcionarios de Texas cuando sedujeron a SpaceX con incentivos por valor de unos 15 millones de dólares, superando a Florida y Georgia. Una agencia local de desarrollo económico puso otros 5 millones de dólares.

En septiembre pasado, Musk viajó a la somnolienta localidad marítima, para estar, pala en mano, junto al exgobernador de Texas, Rick Perry, en la ceremonia de inicio de los trabajos de SpaceX. La compañía comenzó a tomar más tierra en la zona, a cambiar nombres de calles, como Rocket Road y Mars Crossing. Al llegar la primavera, compró una casa en Weems Street, el corazón del pueblo con dos carriles y el asfalto desmigajado.

Los residentes empezaron a sospechar, ¿por qué razón un multimillonario habría de querer una casa de 37 mil dólares sin agua corriente, con rejas en las ventanas y una herradura oxidada colgando en la puerta delantera? SpaceX ha utilizado la casa, ahora equipada con cámaras de seguridad, para reuniones públicas pero los vecinos siguen inquietos.

"Cuando nos mudamos aquí, me sentí más cerca del Señor", dijo Bonnie Heaton, peluquera retirada, que está preocupada, temiendo que algún día SpaceX le confisque de algún modo su querida casa en Weems Street. "Bueno, la paz voló por la ventana".

Boca Chica Village, en uno de los condados más pobres del estado, está situado en un terreno entre dunas de arena barridas por el viento, pantanos color esmeralda y una playa blanca desolada. Se llama oficialmente Kopernik Shores, por el famoso astrónomo polaco Nicolás Copérnico, lo cual ahora parece una pequeña ironía. La comunidad de tres docenas de casas, habitadas principalmente por trabajadores operarios estacionales y retirados, fue construida originalmente por un promotor inmobiliario de Chicago en la década de 1960.


Los expertos dicen que los problemas de seguridad son reales. David Kanipe, profesor asociado en el departamento aeroespacial de ingeniería en la Universidad Texas A&M e ingeniero retirado de la NASA, explicó que durante los lanzamiento de transbordadores de Cabo Cañaveral, los espectadores eran retirados a unos 5 kilómetros del sitio.

Boca Chica Village está a menos de 3.2 kilómetros de distancia. Los residentes podrían estar expuestos a químicos peligrosos utilizados durante los lanzamientos, como hidracina, así como a la caída de escombros en caso de una explosión, dijo. En junio, un cohete SpaceX no tripulado estalló en llamas minutos después de que dejó de Cabo Cañaveral.

Incluso algunos acérrimos partidarios de SpaceX están cuestionando los sacrificios que se les está pidiendo hacer, incluyendo la posibilidad de que evacuen sus hogares en determinados lanzamientos. Frank Kawalski, quien se mudó a Boca Chica de Key West, Florida, hace una década, desplegó un cartel gigante con la leyenda "Bienvenido SpaceX" en su casa cuando escuchó que la empresa venía a la ciudad. ¿Hoy en día?

"Nunca he dejado mi casa por huracanes o nada", dijo Kawalski, propietario de tres casas en Boca Chica y quien vive con su hijo, cuatro perros, siete gatos, 12 guacamayas y una serpiente de cascabel llamada Low Rider.


Fuera de Boca Chica, los fanáticos del espacio están emocionados por los planes de SpaceX y debaten la mejor manera de ver los lanzamientos. En un tablero de mensajes llamado NASASpaceFlight.com, una persona dijo que hizo una oferta por una casa en Boca Chica por 55 mil dólares con la intención de dar fiestas de lujo por los lanzamientos.

Los residentes definitivamente no están encantados. Cheryl Stevens dice que ha consultado con abogados sobre la legalidad del cierre de la playa pública, que ella argumenta está protegida por la legislación del estado.

"Ellos sólo quieren que nos movamos fuera del camino", dijo. "No nos vamos a ir en silencio durante la noche".

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