Bloomberg

Irak tiene su propia Casa Blanca

El empresario kurdo Shihab N. Shihab ha decidido construir su propia réplica de la Casa Blanca en la ciudad iraquí Erbil. El proyecto está previsto para ser completado en unos cuatro meses y costará alrededor de 20 millones de dólares.

Luego de admirar la Casa Blanca en Washington por su "belleza y simplicidad", el empresario kurdo, Shihab N. Shihab construye una réplica de 20 millones de dólares en la ciudad iraquí de Erbil con enchapado en oro italiano de 21 quilates que cubre balaustradas y cielorrasos, y columnas de mármol griego que adornan la entrada.
Shihab N. Shihab calcula que va a superar al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

"Yo conservaré mi dormitorio toda la vida, mientras que Obama tendrá que abandonarlo una vez que termine su mandato", dijo entre risas Shihab, que tiene 58 años, durante un recorrido por la obra la semana pasada.

En Erbil se erigen casas faraónicas y proyectos para mascotas de kurdos acaudalados en momentos en que la amenaza de Estado Islámico en las ciudades vecinas desacelera la construcción en la capital kurda luego de un auge que transformó el horizonte.

La casa, que está previsto completar en unos cuatro meses, domina el complejo Dream City de mansiones suntuosas en un sector de Erbil que las firmas inmobiliarias comparan con Dubai.

Frente a la Casa Blanca de Shihab se elevan las torres de Empire World, que abarcará un kilómetro cuadrado una vez completo. Azad Sadollah, director de desarrollo legal y de negocios de Falcon Group, que dirige el proyecto, lo calificó del "más grande y de mayor categoría de Irak". Las obras comenzaron en 2003 y se estimaba que quedaría terminado en 2007.

"Podrá haber alguna demora en algunos de los proyectos, pero no en el concepto en su conjunto", dijo Sadollah en su oficina en Erbil. "La gente es más prudente que lo habitual en cuanto a su nivel de gasto".

DESPUÉS DE SADDAM

La región semiautónoma del Kurdistán, y sobre todo su capital, Erbil, había tenido un gran crecimiento desde el derrocamiento del dictador iraquí Saddam Hussein en 2003. La región estaba por desarrollar y presentaba oportunidades que los inversores kurdos y extranjeros han aprovechado.

Se han erigido nuevas torres residenciales y de oficinas con relucientes fachadas de vidrio, hay mansiones en diversas etapas de construcción a lo largo de las calles más importantes y nuevos hoteles, como el Kempinski, el Marriott y el Hilton, planean abrir sus puertas. Los centros comerciales introdujeron novedades como las escaleras mecánicas, que en ocasiones fue necesario detener porque había gente que temía utilizarlas.

"Hay mucho dinero para gastar", dijo desde Dubai Tania Toma, consultora estratégica asociada de Jones Lang LaSalle, una firma especializada en servicios inmobiliarios comerciales. "Los kurdos tienen mucho dinero y quieren gastarlo. La gente quiere comprar algo ahora porque piensa que hay grandes posibilidades de crecimiento".

La inversión en bienes raíces en Kurdistán alcanzó los 42 mil millones de dólares desde 2006, lo que comprende 13 mil 300 millones en viviendas, dijo Sarbast Mantik, director de información de la Comisión de Inversión de Kurdistán.

También lee: