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Francia abre sus castillos para agasajar a inversionistas

Entre vino, tortas de banana, arte y comidas en el palacio residencial del Elíseo, François Hollande se comprometió a convertir a Francia en un lugar de acogida para inversores. 

Para atraer a los inversionistas de riesgo, esta semana Francia sacó de su galera castillos con adornos de oro y hasta a Napoleón.

El presidente François Hollande recibió a unos 20 inversionistas dedicados a la tecnología, incluidos Andreessen Horowitz y Accel Partners de California, en el intento más reciente destinado a convencer a los inversores de que Francia es un buen lugar para su dinero.

Los posibles inversores fueron agasajados con vinos y comidas en el palacio presidencial del Elíseo después de recorrer el adornado Château de Versalles, donde el exbanquero de Rothschild y ministro de Economía, Emmanuel Macron, les habló a la sombra de una pintura de 8 metros de ancho dedicada a una de las victorias militares de Napoleón.

"Los jóvenes, los inmigrantes, las empresas emergentes y los emprendedores tienen algo en común –están llenos de energía, no pertenecen al sistema y quieren cambiar el mundo", les dijo Macron en el palacio del siglo XVII. "Nuestra responsabilidad es permitirles correr riesgos y cambiar el mundo aquí. Hasta ahora, las regulaciones no eran aptas para hacerlo".

El gobierno francés trata de aprovechar el momento después de una serie de recaudación de fondos realizada por empresas emergentes que van desde la compañía de viajes compartidos BlaBlaCar hasta el proveedor de música Deezer, cuyos ejecutivos también se contaron entre los asistentes.

TORTA DE BANANA

En medio de vino local, pescado, espinaca y una versión de torta de banana del Elíseo, Hollande prometió estabilidad fiscal, mencionando una ley reciente de Macron que apunta a impulsar el crecimiento para demostrar que el gobierno quiere ser atractivo para el sector digital.

"Se invirtió mucho dinero en innovación francesa", dijo Hollande a los asistentes en su mayoría hombres, todos sentados alrededor de una gran mesa rectangular bajo una cúpula de vidrio. "Solamente en el tercer trimestre de este año, se invirtieron MIL millones de euros (mil 100 millones de dólares) en empresas emergentes francesas", les dijo en francés. Al igual que todas las cenas de Estado, las grandes conferencias de prensa y eventos importantes que tienen lugar en el palacio del Elíseo, la comida se desarrolló en el enorme salón de baile, decorado en oro.

De los 4 mil 100 millones de euros en dinero de capital riesgo invertidos el año pasado en Europa, Francia, el Reino Unido y Alemania recaudaron 900 millones de euros cada uno, según datos de EVCA, la asociación de capital riesgo e inversiones de capital privado de Europa. Las inversiones en Francia tienden a ser realizadas en porciones más pequeñas y a más empresas, en comparación con el Reino Unido, donde los inversores ponen cifras más elevadas, mostraron los datos.

Ese mismo día, Macron había afirmado que Francia está tomando medidas para alentar el espíritu empresarial y reformar la ley laboral para hacer que las reestructuraciones resulten más fáciles y limitar el costo de un fracaso para las empresas emergentes, incluso flexibilizando los despidos. Prometió un marco macroeconómico y fiscal estable y se comprometió a convertir a Francia en un lugar de acogida para los inversores en relación a todo, desde la tributación hasta permitir la perturbación de empresas como Uber Technologies Inc. El servicio de autos ha sido recibido con violentas protestas de taxis franceses, en tanto sus ejecutivos locales fueron llevados ante la justicia el mes pasado.

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