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En Sudáfrica, cazando leones, preservan a los rinocerontes

Los cazadores nos pagan por salvar a los rinocerontes y repoblar África con sus especies autóctonas, es algo controlado, afirma un veterinario sudafricano.

Cuando la conductora televisiva estadounidense subió a Facebook Inc. una foto suya en la que sonreía mientras sostenía un rifle sobre la cabeza de un león al que había dado muerte, la respuesta fue inmediata.

Los usuarios de la red social vituperaron a Bachman, de 30 años, que también mató un antílope Nyala el año pasado en un viaje a Sudáfrica, y la calificaron de "malvada", "escoria" y "persona repulsiva".

La expedición de caza formó parte de del sector sudafricano de 12 mil millones de rands (mil 100 millones de dólares) por año de cría de animales para la caza, que crece a un ritmo de 10 por ciento anual, según Barclays Africa Group Ltd.

El sector es también responsable del aumento de la mayor población de mamíferos del país, medición que excluye a animales como roedores, y de llevarla a 24 millones, el nivel más alto desde el siglo XIX y muy superior a los 575 mil de principios de la década de 1960, dijo Wouter van Hoven, un profesor de la Universidad de Pretoria, en una entrevista del mes pasado. La cantidad de animales de Kenia, en cambio, que prohíbe la caza, ha declinado.

"Pasamos por los malos", dijo Peter Oberem, un veterinario de 60 años devenido criador de caza, al tiempo que señalaba a tres rinocerontes adolescentes que crecían en su establecimiento del norte de Sudáfrica, que se financiaba con la caza. "Reinvertimos en conservación todo lo que ganamos. Los cazadores nos pagan por salvar a los rinocerontes y repoblar África con sus especies autóctonas".

La cría de caza, la propiedad privada de animales para la caza, el turismo y la producción de carne, que está permitida por ley desde 1991, ha dividido a los grupos conservacionistas.

Algunos, como Save the Rhino, que tiene sede en Londres, dicen que el dinero obtenido de la caza es vital para la lucha contra la caza furtiva. El International Fund for Animal Welfare, con sede en Massachusetts, afirma que es hipócrita conservar animales mediante su caza y que convertir a los animales en mercancía es negativo para los ecosistemas naturales.

POBLACIONES DIEZMADAS

Kenia, que se concentra en el ecoturismo, ha perdido el 80 por ciento de su población de animales salvajes desde que prohibió la caza hace casi 30 años, dijo Mike Norton-Griffiths, un académico que escribe para el Instituto de Asuntos Económicos de Londres, un grupo de investigaciones en políticas sociales. La población de elefantes del país se ha reducido 76 por ciento desde la década de 1970, mientras que los rinocerontes han declinado 95 por ciento, dijo Stephen Manegene, director de Conservación del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Kenia.

Los cazadores extranjeros, alrededor de un 60 por ciento de los cuales proceden de los Estados Unidos, gastaron 118.1 millones de dólares en licencias para cazar en Sudáfrica en 2012, indican cifras de la Asociación de Cazadores Profesionales, PHASA por la sigla en inglés, que tiene sede en Pretoria.

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