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El nuevo CEO de Apache o cómo revivir una petrolera en tiempo de crisis

En sólo seis meses de gestión, el timonel de la petrolera Apache se ha concentrado en transformar la empresa en una eficiente máquina productiva concentrada en los yacimientos de esquisto de la zona oeste de Texas.

El máximo responsable ejecutivo de Apache, John Christmann, no obtuvo sólo un nuevo empleo cuando se hizo cargo en enero de una de las mayores compañías productoras de esquisto del mundo en los oscuros días del derrumbe del mercado petrolero. Se comprometió también a reorganizar la empresa.

En los últimos seis meses, Christmann se ha concentrado en transformar Apache de ambiciosa compañía exploradora global a máquina productiva de implacable eficiencia concentrada en los yacimientos de esquisto de la zona oeste de Texas.

Durante su gestión, Apache ha marcado el ritmo de una industria empeñada en trascender la básica reducción de costos para establecer prioridades en regiones y proyectos que pueden prosperar con el petróleo a 50 dólares por barril.

Christmann ya ha logrado lo que ninguno de sus pares ha conseguido aún: obtiene de sus operaciones más efectivo del que gasta, lo que puede compararse con los dos años anteriores al derrumbe del mercado petrolero de 2015, cuando Apache se contaba entre 18 compañías productoras del Índice Standard Poor's que gastaban un total de 36 mil millones de dólares más de lo que generaban.

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“No es una industria en cuya contra haya que apostar”, dijo Christmann, que tiene 48 años y nació en Lubbock, Texas, durante una entrevista en la sede de Apache. “La buena noticia es que no hará sino mejorar”.


Apache podrá liderar el camino ahora, pero fue una compañía de mal desempeño crónico durante el auge del esquisto. Los inversores aún actúan con prudencia, y dan a las acciones de la compañía sólo el impulso suficiente para llevarla al promedio de sus pares.

"Seguimos en un término medio", dijo Christmann, "y no es ahí donde quiero estar".

DESAFIAR EXPECTATIVAS

El nuevo máximo responsable ejecutivo lidera un grupo de ejecutivos del sector de energía cada vez más optimistas que minimizan la negativa de Arabia Saudita a moderar su producción petrolera para contribuir a reducir el exceso de oferta que ha hecho bajar los precios.

En su reunión del 5 de junio, casi un año después de que el petróleo iniciara su declinación, la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, decidió seguir produciendo a pleno.

Se estimaba que las compañías estadounidenses productoras de esquisto de costos más altos serían las que desaparecerían como consecuencia de los menores precios. En lugar de ello, Christmann y sus pares han usado el derrumbe como catalizador para que la exploración de esquisto deje de ser una tecnología deficitaria y se convierta en el futuro del petróleo global, dijo Les Csorba, socio de la firma de búsqueda de ejecutivos Heidrick Struggles.

"Esta nueva generación de ejecutivos se anticipó al derrumbe y, antes de que los precios empezaran a declinar, se concentró en la estandarización y la eficiencia", dijo Csorba, que ayudó a Apache a seleccionar a Christmann y colocó otros máximos responsables del sector de energía en los últimos dos años. "Son ingenieros que se concentran en los retornos más que en el crecimiento de la producción".

PASOS ACELERADOS

Christmann asumió como CEO el 20 de enero después del retiro de Steven Farris. Por entonces, la gravedad de la caída del mercado estaba haciendo mella en las compañías petroleras globales, que han recortado desde ese momento más de 120 mil empleos y 114 mil millones en gastos después de que los precios del crudo cayeron marcadamente en noviembre.

Apache se movió con mayor celeridad que cualquier otro y redujo sus plataformas de perforación operativas 70 por ciento en un principio y un 87 por ciento al final, de 91 a 12, un recorte equivalente a toda la flota de plataformas de algunos productores.

En febrero, Christmann había recortado el gasto tan marcadamente que su incremento de producción planificado para 2014 cayó a cero comparado con un 18 por ciento anterior –una medida osada en una industria a la que los inversores valoran principalmente por las perspectivas de crecimiento.

"Desde el momento en que asumió, la respuesta inmediata de John fue que tenemos que dejar de gastar dinero hoy mismo", dijo John Lowe, presidente de Apache, en una entrevista. "Fue el que tuvo la reacción más rápida en toda la industria".

REGRESANDO A LAS RAÍCES

Con su énfasis en las ganancias, Christmann estaba llevando a Apache a sus raíces. La compañía era uno de los mayores productores de petróleo y gas natural de 2001 a 2010, prácticamente triplicando su valor en tanto se concentraba en convertir los pozos petroleros agotados en máquinas de fabricar dinero.

Cuando el auge del esquisto despegaba en Estados Unidos, Apache comenzó a llevar a cabo desarrollos desde Argentina hasta Australia, invirtiendo miles de millones de dólares en proyectos que no arrojarían ganancias durante años. El valor de mercado de la compañía cayó 21 por ciento de 2010 a mediados de 2014, mientras que compañías semejantes como EOG cuando menos duplicaron su valor durante el mismo período, según datos compilados por Bloomberg.

Bajo la conducción de Christmann, los costos de servicios de Apache cayeron 40 por ciento en algunas regiones, lo que contribuyó a liberar un flujo de caja que, según se espera, alcanzará los mil 500 millones de dólares en 2015, según un promedio de estimaciones de analistas compiladas por Bloomberg.

Apache vendió todas sus operaciones importantes en el exterior con excepción de dos, en Egipto y el Mar del Norte, y Christmann está focalizando los esfuerzos de la compañía en Norteamérica.

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