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El fotógrafo al frente de un fondo de 230 mdd

Son pocos los gestores de fondos de cobertura pueden supervisar con éxito millones de dólares mientras ejercen una segunda profesión, tal es el caso de David Yarrow, quien se reinventó como fotógrafo después de su divorcio.

La fotografía en blanco y negro de un rinoceronte embistiendo domina una de las paredes de la sede londinense de Clareville Capital Partners LLP, la firma de fondos hedge de David Yarrow que gestiona 230 millones de dólares.

Sin embargo, a diferencia del arte que cuelga en las oficinas de la mayoría de los fondos de cobertura de altos vuelos, la imagen no es la creación de un artista externo, sino obra del propio gestor. Yarrow, de 48 años, tomó esa extraordinaria foto en Kenia el año pasado, y a principios de septiembre vendió una impresión de la imagen a los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, que desde entonces cuelga en su mansión georgiana en Norfolk.

Pocos gestores de fondos de cobertura pueden supervisar con éxito millones de dólares mientras ejercen una segunda profesión lucrativa. Pero Yarrow ha hecho justamente eso al reinventarse a sí mismo como fotógrafo de la vida silvestre, con exposiciones en Christie's y Saatchi Gallery en Londres y una muestra en la galería neoyorquina de Rotella en octubre. Desde el otoño pasado, Yarrow ha vendido más de 1.7 millones de dólares de su arte, donando el 10 por ciento de los ingresos a Tusk, una organización benéfica que trabaja para detener el tráfico de cuerno de marfil y rinoceronte en África.

Entre tanto, aun cuando Yarrow estaba ocupado tomando fotos en el este de África, su Fondo Pegasus subió 54.1 por ciento en los primeros 10 meses de 2013, convirtiéndose en el fondo con mejor rendimiento de Europa, según el ranking de Bloomberg Markets. Ambos éxitos están relacionados: Yarrow asegura que el tiempo que pasó en lugares lejanos en 2013 le impidió manosear y retocar las apuestas exitosas de su fondo.

"Cuando te está yendo bien, a menudo es mejor no hacer nada, y una manera de no hacer nada es viajar", cuenta Yarrow, sentado en un café en Chelsea, donde vive y trabaja cuando no está persiguiendo la siguiente imagen imposible.

Este año, dice, viajó menos y su fondo tuvo un peor desempeño, bajó 14.4 por ciento hasta fines de noviembre. Yarrow viaja durante la época tradicionalmente tranquila del mercado de valores: Pascua, agosto y Acción de Gracias.

Mientras otros gestores de cartera descansaban en la playa o la piscina este verano, Yarrow estaba metido hasta la cintura en un río fangoso en el norte de Zambia espiando hipopótamos. El resultado -una fotografía en primer plano de un bebé hipopótamo flotando justo por encima de la superficie del agua con su madre mirando amenazadoramente a Yarrow- es a la vez fascinante y aterrador.

"La proximidad es muy importante", explica Yarrow. "Hay que estar cerca para captar el carácter y la personalidad del animal".

FOTOS A CORTA DISTANCIA

Para lograr esas tomas a corta distancia, Yarrow utiliza principalmente cámaras operadas de manera remota protegidas en contenedores de acero, que él controla a unos 45-70 metros de distancia junto a la puerta abierta de un jeep… por si acaso.

Los contenedores van perfumados específicamente para atraer a cualquier especie que intenta fotografiar. En la foto del rinoceronte, por ejemplo, la caja estaba untada de estiércol de rinoceronte, Yarrow aprendió eso de un guía local, que los animales se sienten atraídos por sus propios excrementos.

"Tienes que hacer muchos cálculos para obtener la exposición y el enfoque cuando no puedes volver fácilmente a la cámara", dice. "Yo uso más matemáticas en mi fotografía que en la gestión de mi fondo".

Yarrow tardó cuatro mañanas para conseguir la imagen que más vende: una toma en 2013 de una leona caminando hacia la cámara al amanecer en el parque nacional Amboseli de Kenia. En esa ocasión, roció la caja de acero que resguardaba su Nikon con colonia Old Spice, el perfume usado por los guerreros locales Masai.

COTIZAR AL ALZA

Tras haber tomado la foto, la leona tomó la caja y se internó en los matorrales. Afortunadamente, Yarrow fue capaz de recuperarla varias horas después. La impresión de edición limitada ahora se vende por 26 mil dólares, el doble del precio que alcanzó hace un año.

Yarrow no es el primer fotógrafo en convertir la fauna africana en arte. Peter Beard, el estadounidense conocido por sus collages, allanó el camino en la década de 1960, capturando imágenes de cocodrilos, elefantes y rinocerontes de Kenia.

El británico Nick Brandt llevó el legado de Beard un paso más allá, cuando comenzó a tomar fotos a corta distancia en blanco y negro a principios de la década de 2000, sin usar teleobjetivos. Empero, mientras Brandt prefiere retratos estáticos tomados de un Jeep, Yarrow suele capturar animales en movimiento gracias al uso de cámaras de control remoto.

"Aunque los temas de David son tradicionales, ha logrado crear fuertes retratos de imponentes animales carismáticos e irrumpido en el mercado del arte, lo que muy pocos fotógrafos de la naturaleza han conseguido", dice Rosamund Kidman Cox, quien ha sido juez de la competencia Wildlife Photographer of the Year del Museo de Historia Natural de Londres por más de tres décadas.

MARADONA

Yarrow, originario de Glasgow, tuvo su primer encuentro con la fotografía mientras estudiaba en la Universidad de Edimburgo, cuando trabajó como 'freelance' para The Times of London. Su foto del futbolista argentino Diego Maradona levantando el trofeo del Mundial de México en 1986 se volvió una imagen icónica que se vendía en todo el mundo.

Yarrow dejó la fotografía en 1988 para entrar al mundo de las finanzas, donde pasó ocho años en NatWest Securities en Nueva York y Londres antes de crear su fondo hedge en 1997. En 2004, su matrimonio se vino abajo, y regresó a la fotografía en busca de consuelo.

"Cuando algunas personas se divorcian, se van de gran juerga", dice. "Con mis cámaras fui a lugares como Groenlandia".

LOS VIAJES ENSEÑAN

A veces, sus viajes pagan otros dividendos. El año pasado, por ejemplo, Yarrow realizaba fotografías cerca del lago Turkana, en la frontera de Etiopía y Kenia, cuando su avión tuvo que aterrizar en una pista poco usada para abastecerse de combustible.

Después de descender, él y el piloto se vieron rodeados por hombres de la tribu local Samburu ondeando fusiles AK-47, exigiendo todo lo que llevaban a bordo. Por suerte, los Samburu no querían sus cámaras y Yarrow escapó ileso, pero cuando llegó a la oficina, apostó a la baja de las acciones de Tullow Oil Plc, una compañía dedicada a la exploración de gas y petróleo que tiene intereses en la zona, apostando que la empresa se enfrentaría a una respuesta igualmente hostil.

La apuesta resultó ser atinada. El precio de las acciones de Tullow ha caído 66 por ciento desde el inicio de 2013 hasta fines de noviembre de 2014.

"No creo que las empresas británicas deban extraer petróleo en territorio Samburu", dice Yarrow. "Y si yo no creo que deban, estoy seguro que los Samburu tampoco creen que deban".

Amboseli - March 2014 from David Yarrow on Vimeo.

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