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Desempleados españoles subsisten gracias sus padres

Adultos de 30 años tienen que seguir dependiendo de sus padres al no tener un empleo o al no ganar lo suficiente para independizarse; de acuerdo a cifras oficiales, en España uno de cada cuatro ciudadanos no cuentan con trabajo.

Estancada en su empleo estudiantil a cuatro años de haberse graduado con la esperanza de ser trabajadora social, Beatriz Biota todavía no puede irse de la casa de sus padres.

"Lo único que encontré es trabajo voluntario no remunerado", dijo Biota, de 29 años, en una entrevista telefónica desde Zaragoza, en el norte de España. "Mantuve mi empleo de fin de semana publicitando productos en supermercados y también estaría dispuesta a hacerlo con horario completo. Pero esa posibilidad no existe".

El legado de la mayor regresión en la historia democrática de España está arruinando a una generación de buscadores ansiosos de empleo que directamente no pueden encontrar trabajo o no ganan lo suficiente como para vivir de él. Se supone que los datos que se darán a conocer hoy mostrarán que uno de cada cuatro españoles continúa sin empleo aun después de que la economía ha evidenciado un año de crecimiento.

Si bien esa tasa está bajando lentamente, los signos de que la creación de empleo se reactiva en la cuarta economía más grande de la eurozona quizá no aporten suficiente estabilidad para quienes buscan independencia financiera. Junto con Biota, que se aferra a sus 350 euros (471 dólares) mensuales, un empleo de 11 meses al año, hasta encontrar trabajo social remunerado, 76 por ciento de los españoles de su edad o menos viven con sus familias.

Está previsto que el instituto nacional de estadística de España publique los datos sobre el desempleo en el segundo trimestre hoy en Madrid. Los economistas pronostican que cayó desde 25.9 por ciento el trimestre pasado hasta 24.9 por ciento, la segunda tasa más alta en la Unión Europea después de Grecia.

CREACIÓN DE EMPLEO

"Instalar casa propia no será más fácil", dijo en una entrevista telefónica Alfredo Arahuetes García, responsable del departamento de economía en la Universidad Pontificia Comillas en Madrid. "Es muy simple. Por un lado, los salarios bajaron, y por el otro, los alquileres y los precios de las casas bajaron muy poco y volverán a subir con la recuperación".

El crecimiento se aceleró hasta 0.5 por ciento en los tres meses previos a junio, dijo ayer Banco de España. Esto significa que la actividad económica del país probablemente creció más que en la eurozona durante dos trimestres seguidos por primera vez desde 2007. Los economistas pronostican que la economía de la región creció 0.3 por ciento en los tres meses anteriores a junio.

El gobierno español predice que el producto interno bruto crecerá 1.2 por ciento este año después de contraerse otro tanto en 2013. Considera que el desempleo medio llegará a 24.9 por ciento, para luego caer hasta 23.3 por ciento en 2015.

El gobierno dice que la mejora económica está creando empleos, lo cual se refleja en un aumento del número de personas que aportan al sistema estatal de pensiones, o "seguridad social". Creció todos los meses desde que alcanzó su nivel más bajo en más de cinco años en agosto de 2013, llegando a 16.6 millones en junio. Esto representa un aumento de 1.9 por ciento durante ese período, que vio salir al país de su segunda recesión desde 2008.

"Hemos hecho un avance significativo, pero necesitamos trabajar más para multiplicar las oportunidades de empleo para los jóvenes", dijo la ministra de Trabajo Fátima Bánez este mes después de anunciar incentivos gubernamentales para que los empleadores contraten a los jóvenes.

El gobierno del primer ministro Mariano Rajoy introdujo en 2012 una legislación para que a las empresas les resultara más fácil reducir salarios y despedir a trabajadores con el fin de estimular la contratación. La ley también se propuso promover contratos por tiempo ilimitado antes que temporarios, que proliferaron desde los años 1980 en una economía donde la construcción y los servicios, como el turismo, representan 73 por ciento del valor agregado y 82 por ciento de la fuerza de trabajo

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