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Desconectarse de la red eléctrica en Hawai ahora es un asunto de familia

Frente a la las altas tarifas eléctricas que tiene Hawaii, algunos pobladores han decidido adoptar sistemas de energía solar y abandonar el servicio eléctrico. Sin embargo, de alrededor de 147 millones de personas que percibían los servicios eléctricos, menos del 1 por ciento han adoptado el uso de energías alternas.

David Greene se despertó un día y dio de baja el servicio de su compañía de electricidad. No le resultó difícil.

Greene, de 48 años, no es ni un hippie ni alguien obsesionado con las catástrofes y sus inclinaciones ambientales son moderadas. Maneja su servicio de reparación de acondicionadores de aire desde su casa y vive en los suburbios, no en un bosque.

Ocurre que su casa de tres dormitorios en los alrededores de Honolulu está en un lugar que tiene las tarifas eléctricas más caras de los Estados Unidos: 38 centavos el kilowatt/hora frente a un promedio nacional de 13 centavos. Harto, Greene instaló paneles solares en el techo de su vivienda y baterías en el garaje para almacenar la energía excedente. Le pidió a su empresa eléctrica que viniera a retirarle el medidor.

"Me gusta estar desconectado de la red", dijo Greene. "Es una cuestión de independencia. Está bueno poder decir que no recibo una factura de luz".

Además, Greene calcula haber gastado unos 58 mil dólares en un sistema que se amortizará en seis a ocho años, teniendo en cuenta que ahora tampoco necesita ir a una estación de servicio porque carga su híbrido Toyota Prius con el sistema de energía solar que tiene en el techo.

Sin embargo, Greene sigue siendo un caso atípico. El Instituto Rocky Mountain de Colorado sostiene que los casos de que se tiene conocimiento parecen indicar que es mucho menos del 1 por ciento de los clientes de empresas eléctricas del país. Unos 147 millones de personas reciben la electricidad de la red, de acuerdo con los datos de la American Public Power Association.

DESCONECTADOS DE LA RED

"Con el tiempo, muchos clientes estadounidenses podrían eliminar parcial o totalmente el uso de la red eléctrica", escribieron los analistas de Morgan Stanley Stephen Byrd y Timothy Radcliff en un informe elaborado en julio.

La liberación de Greene es posible porque este es un momento propicio de la revolución de los equipos solares para techo. Esta tecnología está pasando al terreno del bricolaje y los precios se han desplomado un 64 por ciento desde 2010, según la Asociación de Industrias de la Energía Solar. Ahora se pueden comprar paneles solares en Ikea.

"Ya no es cosa de hippies tener paneles solares, es cosa de un dueño de casa con sentido común", señaló Leia Gucciione del Instituto Rocky Mountain.

Si bien el costo de las baterías de almacenamiento hogareñas conectadas a un equipo solar sigue siendo poco económico en los estados con precios bajos de la energía, como Luisiana y Virginia Occidental, eso también podría cambiar.

Un barómetro es que el precio de las baterías con que funcionan los vehículos eléctricos se redujo en un tercio desde 2011 y podría caer otro 45 por ciento para 2022, según Bloomberg New Energy Finance.

ELECTRICIDAD CARA

La situación en Hawai, donde Hawaiian Electric Co., la principal empresa eléctrica del estado, utiliza fuel oil para generar la electricidad más cara del país, les abre la puerta a los desertores. Las compañías solares familiares ya han comenzado a hacer para algunos consumidores lo que Greene hizo para sí.

Los estados con energía de alto costo como California y Nueva York en una década también podrían ser testigos de un aumento de las instalaciones hogareñas de baterías solares como las de Greene, que proporcionan a los consumidores la capacidad de cortar el cable, según el Instituto Rocky Mountain, que estudia la eficiencia energética.

Firmas como Solar City Corp. y SunPower Corp. ya están disipando la idea de que las compañías de electricidad son la única posibilidad al ofrecer paquetes de paneles solares y baterías que de hecho las convierten en empresas de energía.

PARKER RANCH

Los hogares no son los únicos que buscan cortar los lazos con la red. En la isla grande de Hawai, el Parker Ranch de 52 mil 600 hectáreas está analizando un plan para prescindir de su empresa eléctrica con la construcción de una microrred de parques eólicos y plantas hidroeléctricas para sus instalaciones y la pequeña ciudad cercana. "Podemos gastar menos de lo que cuestan la tarifas eléctricas", dijo Neil "Dutch" Kuyper, máximo responsable ejecutivo del rancho.

Hawaian Electric está conciente de esta dinámica. La compañía espera rebajar sus tarifas un 20 por ciento en los próximos quince años incrementando el uso de la energía renovable a un 65 por ciento de su producción eléctrica.

En cuanto a Dave Greene, su pasión por la energía solar no pasa por salvar al mundo. Siempre le ha gustado hacer arreglos hogareños y recuerda que de niño armó equipos electrónicos con celdas solares que compró en Radio Shack. 

Greene perfeccionó sus habilidades eléctricas en el Ejército de los Estados Unidos, donde capacitó a los oficiales de inteligencia en la generación de energía y la reparación de equipos. 

La respuesta fue no demasiada. La energía solar en aquel entonces se consideraba una tecnología de la era espacial -los paneles eran caros y poco eficientes para los parámetros de hoy- y Greene cree que gastó unos 2 mil 800 dólares en toda esa historia de la energía solar. "Trato de no pensar cuánto pagué", dijo. "El costo no importa cuando se trata de un hobby".

Cuando se mudó a su actual casa quince años atrás, llevó consigo su sistema solar. Hace más de dos años, al ver que sus cuentas de electricidad eran astronómicas y que los equipos de energía solar eran comunes y mucho más económicos, hizo algunos cálculos y se dio cuenta de que la fantasía largamente acariciada ,dejar de extender cheques mensuales a favor de HECO, como se conoce a la compañía, estaba al alcance de la mano.

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