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¿Por qué el éxodo de bancos extranjeros desde Brasil?

El grupo financiero con sede en Londres cayó víctima de los nuevos requisitos de capital después de la crisis financiera de 2008.

HSBC se convirtió esta semana en el tercer banco minorista extranjero que abandona Brasil o reduce allí sus operaciones en estos últimos dos años, dejando al país sudamericano con apenas dos en actividad.

Citigroup acordó vender su unidad de tarjetas de créditos y finanzas personales hace dos años y Société Générale decidió cerrar su división de finanzas personales en febrero. También perdieron sus esperanzas en el país sudamericano: Bank of America, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Intesa Sanpaolo de Italia y Crédit Lyonnais de Francia, que cerraron sus bancos minoristas brasileños en las dos últimas décadas.

Brasil, geográficamente el quinto país más grande del mundo, es un lugar de castigo para los bancos minoristas que tratan de ingresar o crecer, y ya alberga al mayor prestamista de América Latina por valor de mercado, Itau Unibanco, y al más grande por activos, Banco do Brasil. En tanto pasó por alto en los últimos años oportunidades de adquirir rivales más pequeños, HSBC, con sede en Londres, también cayó víctima de los nuevos requisitos de capital después de la crisis financiera de 2008.

"Para crecer en una economía como Brasil, teniendo en cuenta el tamaño de su territorio, los bancos deben expandirse geográficamente", dijo en una entrevista telefónica este martes Henrique Kleine, analista principal de títulos y valores en Magliano de Sao Paulo. "HSBC perdió la oportunidad de adquirir escala. En Brasil, ya no se dan las condiciones para crecer".

Un ejecutivo de HSBC se negó a hacer declaraciones sobre la decisión en Brasil.

QUEDAN DOS

Brasil tenía en 2002 un mínimo de ocho prestamistas extranjeros que ofrecían banca minorista. Después de la partida de HSBC, habrá dos: Banco Santander Brasil, una unidad del banco más grande de España, y Citigroup, con sede en Nueva York, que mantuvo su unidad Citibank en el país después de vender el negocio de Credicard.

Las empresas se fueron en su mayor parte después de una ola de adquisiciones por valor de 91 mil 300 millones de dólares desde diciembre de 2002, según datos recopilados por Bloomberg. Los prestamistas locales Itau, Banco Bradesco y Banco do Brasil fueron los compradores más activos en ese período, representando aproximadamente la mitad de las transacciones.

En ese lapso, HSBC gastó 951 millones de dólares, incluida la adquisición por 815 millones de dólares de Losango, la unidad de finanzas del consumidor Lloyds TSB, en 2003. El banco contrató a JPMorgan para vender la empresa en 2011, y nunca encontró comprador.

Esto se compara con los 27 mil 900 millones de dólares en adquisiciones de Itaú, encabezadas por la compra en 12 mil 500 millones de dólares Uniao de Bancos Brasileiros, o Unibanco, en 2008.

Los bancos brasileños fortalecieron sus posiciones al tiempo que los extranjeros se vieron afectados por la crisis financiera global y por requisitos regulatorios y relativos al capital más estrictos, dijo Alexandre Nobre, fundador de RCB Investimentos, una firma con sede en Sao Paulo que se especializa en comprar carteras de préstamos. La participación de los prestamistas extranjeros en los 3.1 billones de reales (un billón de dólares) del mercado de crédito brasileño cayó desde 22 por ciento en marzo de 2007 hasta 14.5 por ciento en abril, según datos del banco central.

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