Bloomberg Businessweek

No, Google, no estamos de acuerdo

Shira Ovide menciona que los usuarios aún no toman decisiones informadas sobre su información digital, pese a los escándalos de exposición de datos.

Las acciones de Google, de Alphabet, han caído esta semana luego de que se reportó que la compañía había descubierto una forma en la que desarrolladores externos pudieran aprovechar la información digital de usuarios del buscador y decidió no informar al público. Tengo tres conclusiones inmediatas:

1.- Este fallo en los datos de privacidad es justo igual al escándalo de Facebook y Cambridge Analytica, excepto que no lo es.

2.- Google tomó la decisión incorrecta.

3.- Los consumidores todavía no pueden tomar decisiones informadas sobre cómo salvaguardar su información digital.

Primero, el descubrimiento de Google se relacionaba al servicio de Google+ de la compañía, en un intento infructuoso de crear un red social como Facebook dentro de la red de Google.

De acuerdo con Wall Street Jorunal, Google descubrió que durante dos o tres años previos al 2018,las empresas externas que podían conectar sus aplicaciones en Google+ tenían el acceso a cierta información que los amigos de los usuarios de Google+ intentaban mantener en privado, incluyendo sus datos sobre nacimiento y fotos del perfil.

Sí, esto es similar al problema de Facebook con Cambridge Analytica, que parecía tomar ventaja de las reglas de Facebook para reunir información sobre los amigos de Facebook sin su aprobación. Sin embargo, Google+ no es Facebook.

El medio señaló que en una prueba reciente en Marzo, Google encontró que el fallo en el software potencialmente afectó cerca de 500 mil usuarios de la red. La empresa no pudo determinar si actualmente se puede acceder a cierta información de Google+ a través del bug del software.

Ese número de personas potencialmente afectadas es relativamente pequeño, particularmente comparada con la escala de Cambridge Analytica. Facebook declaró que el trabajo académico con la firma pudo haber reunido información de hasta 87 millones de personas.

Sin embargo, en el punto número 2: La escala relativa en el hoyo en la seguridad de Google+ no es excusa para las acciones de Google.

La compañía evaluó un grupo de circunstancias, incluyendo la indignación del público por el escándalo de Cambridge Analytica en Facebook, y optó por no hablar al público de la falla en Google+.

La firma hizo esto con conocimiento total de la respuesta que vería si el fallo en la privacidad de usuarios de Google+ se hacía público y eso hizo parecer que lo hecho por Google es indefendible.

Si la empresa hubiera revelado el problema de Google+ en marzo, sería un gran problema pero no una crisis. Esto, sin embargo, hace que el problema de seguridad digital de Google+ sea aún peor.

Y por último, no puedo creer que estoy escribiendo esto después de un millón de escándalos acerca de la pérdida de información digital, pero aquí voy.

Más de una década en la era de la prevalencia de las redes sociales y teléfonos inteligentes, y la gente aún no tiene idea de cómo tomar decisiones informadas sobre cómo conducir sanamente sus vidas vía online.

Es posible que las personas no conozcan en su totalidad los detalles, pero cuando eligen usar Facebook, Google+, Twitter, WeChat, iPhones y otros productos o servios tecnológicos, generalmente entienden que las empresas pueden recolectar informes de lo que ellos leen, con quién chatean y a dónde van, pero, la gente absolutamente difiere con cuáles sean los arreglos que esas compañías hacen con terceros para obtener información o datos personales. Punto.

El núcleo del problema expuesto por la relación entre Cambridge Analytica y Facebook con compañías de hardware; el reporte de los negocios de Apple con desarrolladores de software, y la revelación del Journal sobre Gmail y ahora Google+ es que el público no tiene control.

Cuando se tienen acuerdos con esas empresas de tecnología, entonces esas compañías realizan acuerdos con otras que les permiten tener el acceso a cierta información sobre nosotros. Esto no está verdaderamente consentido por el público.

Google podría aceptar dejar que cualquier compañía de compras online al azar escanee lo que estoy escribiendo en Gmail, pero no estoy de acuerdo.

Tampoco acepté entregar información de mi cuenta de Facebook a alguna aplicación de trivia que uno de mis amigos compartió.

Sí, en algún lado en los términos de servicio de Facebook, Google+ y en la tienda de aplicaciones de Apple está el lenguaje legal que permite a esas compañías compartir información con socios por, en su mayoría, buenas razones.

Pero entonces tenemos que confiar en que Google, Facebook, Apple y otros también realizan elecciones inteligentes sobre esas compañías externas que pueden acceder a nuestra información o de amigos, o que podrían romper las reglas de las empresas tecnológicas en cuanto a la información a la que acceden. Las compañías de tecnología no merecen esta confianza.

No hay una solución rápida aquí. Las tecnologías interconectadas son una base de la era del internet. No hay Uber, por ejemplo, a menos que la tecnología de Uber se conecte con Google Maps y la tecnología de ubicación del iPhone, por ejemplo.

Pero la era del consentimiento a medias en internet no puede continuar.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta directiva de Bloomberg y sus dueños, ni de El Financiero.

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