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Ellos te venden todo para fumar mariguana... excepto la hierba

La venta de artículos para el consumo de mariguana en México está creciendo y evidencia un mercado dinámico que algunos aprovechan pese a la ilegalidad de la droga.

DE PORTADA

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Visitar una smoke shop es como ir a un museo. Los exhibidores a los costados ofrecen varios artículos, algunos parecen pertenecer más a un laboratorio de química que a un comercio que bien podría pasar por una tienda de cristalería. Hay piezas que requieren de explicación por parte de un experto para entender su función y origen, como si se trataran de artefactos antiguos de los que solo los verdaderos conocedores están completamente familiarizados.

Eso sí, a los dueños de esas tiendas les encanta dejar algo claro desde un inicio: toda su actividad y los productos que comercializan son perfectamente legales y no están involucrados en nada que los pueda meter en apuros con la autoridad. Insisten en que no hay nada malo en lo que hacen y, al igual que cualquier otro comercio legítimo, solo buscan satisfacer un mercado creciente valuado ya en varios millones de dólares.

También te dirán que ahí encontrarás eso que buscas para poder fumar con comodidad y en el estilo que prefieras. No hallarás mucha variedad de tabacos, eso es cierto para muchos de esos establecimientos, pero sí te ofrecerán papeles para enrollar, charolas para no desperdiciar producto cuando estés haciendo un cigarro. También hay pipas, bongs, hitters, encendedores especiales, moledoras, ponchadoras, vaporizadores, filtros y un largo etcétera que se extiende hasta donde el cliente pueda imaginar. Para ser más directos, si lo quieres es fumar mariguana ahí puedes conseguir todo lo que necesitas para hacerlo, menos la hierba, esa es ilegal. Y pese a la prohibición, las smoke shops son un negocio en expansión en las principales ciudades del país, con ganancias que muchos otros pequeños comercios que apenas arrancan morirían por tener.

¿Qué tal suenan 60 mil pesos de utilidad mensual promedio en el primer año de operaciones? ¿Una segunda locación menos de dos años después de haber abierto la primera? Así le fue a The High Club, una de las smoke shops de más rápido crecimiento y con uno de los diseños de tienda más innovadores en el segmento. También ha tenido éxito Capital Smoke and Vape Shop, que se ha convertido en un referente de ese tipo de comercios en el corredor Condesa-Roma. La Milpa, uno de los más conocidos en la ciudad, también ha ampliado su número de clientes y catálogo.

The High Club fue fundado en la colonia Roma por los hermanos Juan y Daniel Lecanda, en mancuerna con Rodrigo Quiñones, un amigo de ambos de varios años y a quien conocieron en el colegio Green Hills, una de las escuelas de mayor prestigio en la Ciudad de México.

"Hace tres años fuimos a una smoke shop los tres y eran tiendas sucias, chiquitas, sin música, te atendían de malas, no aceptaban tarjeta de crédito y pese a todo eso, estaba hasta el gorro de llena", relató Juan en su sucursal ubicada en el tradicional mercado Del Carmen, en San Ángel. "Fue cuando dijimos: aquí hay un público que quiere estos productos y este estilo de vida".

Su tienda es todo lo contrario a aquella que visitaron. The High Club parece una joyería, con productos en vitrinas de madera y cristal, música de fondo, iluminación especial, sillas, y un mural hecho bajo encargo por un artista.

El negocio creció rápido, no solo por el estilo y variedad de su tienda, sino porque el mercado está hambriento de conseguir el tipo de accesorios que se comercializan en un smoke shop.

"Algo que sigue existiendo tristemente en nuestra sociedad vieja, retrógrada, prejuiciosa, mexicana y tonta es que hay muchos tabús alrededor del fumador. Fumar puede ser una necesidad, así como el tomar alcohol es una necesidad para muchos", comentó Juan, quien además de microempresario es actor. "No hay que hacerlo como tabú, hay que entender que es parte de nuestra realidad y ahí fue donde encontramos una ventanita de negocio".

Al preguntarle sobre la legalidad de todo lo que venden en The High Club, Juan respondió con una frase que, palabras más palabras menos, es utilizada por los dueños para justificar la venta de pipas, bongs y otros accesorios que claramente adquieren personas que buscan consumir mariguana: "Yo vendo todos los accesorios para que fumes lo que quieras. Yo te vendo el vaso, pero no te vendo el licor".

The High Club tiene mucho éxito ofreciendo esos "vasos". Tras un año y siete meses de abrir su primera tienda en la colonia Roma, inauguró su establecimiento en San Ángel y están en planes para arrancar otras sucursales, posiblemente en Condesa y Santa Fe, sitios en los que, según los tres amigos, hay un mercado amplio y "natural" para sus productos. Incluso quieren una tienda en Avándaro, Estado de México, sitio del histórico concierto de rock de 1971, donde se presentaron bandas como los Dug Dug's, El Ritual y Three Souls in my Mind. Según Rodrigo, el único de los tres con estudios de administración y quien está a cargo de los números de la tienda, durante el primer año de operaciones tuvieron utilidades mensuales de alrededor de 60 mil pesos y en la actualidad registran unos 600 clientes al mes, solo en la primera de sus tiendas.

El negocio de la smoke shop, hasta ahora, ha sido tan redituable que ya han comenzado a escribir un manual de propietario de cara al inicio de un nuevo esquema de franquicias que lanzarían en unos años.

"Queremos hacerlo muy bien, que el manual contenga el detalle del tipo de madera para los exhibidores, el mural de atrás lo tiene que hacer nuestro artista de cabecera", detalló Daniel, quien es cineasta de formación. "La idea es hacerlo muy profesional, como McDonald's u otras franquicias".

También está pendiente hacer más eficiente la obtención de los productos, ya que con la excepción de algunos tabacos mexicanos, el resto del catálogo (que también se puede adquirir en el sitio web de The High Club) es importado desde California, Estados Unidos, bajo el concepto de accesorios para fumadores. Esto lo hacen prácticamente todas las smoke shops del país.

Daniel agregó algo más: hasta ahora su negocio ha tenido éxito vendiendo accesorios de un producto cuyo consumo lúdico es completamente ilegal en México. "Si la mariguana fuera legal nos moveríamos a un esquema, siempre en el marco de la ley, en el que pudiéramos beneficiarnos de esa situación ¿te imaginas de qué tamaño de mercado hablamos?".

Para su fortuna, alguien ya hizo ese complicado cálculo.

Privateer Holdings es una firma de capital privado fundada en 2010 y con sede en Seattle, Estados Unidos, especializada en inversiones en el mercado de mariguana en el mundo. En los últimos años ha recaudado más de 200 millones de dólares para luego invertirlos en negocios relacionados con el cannabis, desde la producción de la planta hasta la venta de accesorios y otros productos derivados.

En un estudio de 2016, Privateer Holdings estimó que el mercado de la mariguana legal en México ascendería a unos mil 700 millones de dólares, de los cuales, 700 millones están relacionados con la fabricación y comercialización de productos con fines médicos, mientras que los restantes mil millones están ligados al uso recreativo de la droga.

"Dado que en los últimos años no ha habido demasiados cambios en materia de legalización total de la mariguana, sostenemos en que ese sigue siendo el tamaño del mercado", dijo Brendan Kennedy, CEO de Privateer Holdings. "Diría que es un mercado relativamente pequeño, sobre todo si miras el mercado canadiense valuado entre 5 y 8 mil millones de dólares o el estadounidense, con entre 30 y 50 mil millones, pero no por ello deja de ser atractivo por sí solo".

Ante ese potencial de mercado, Kennedy no se dijo sorprendido por el rápido crecimiento de las smoke shops en México y, por el contrario, mencionó que aún queda bastante espacio para que puedan seguir creciendo a un ritmo más acelerado en el mediano y largo plazo. De hecho, el directivo aseguró que la venta de accesorios para el consumo lúdico de la mariguana en México podría ser un objetivo de inversión de su firma.

"No hemos visto los datos con cuidado, pero dado el entorno que hay con esos negocios, sí pondríamos el ojo en ese sector en México", afirmó.

Ricardo Ruiz, socio de Capital Smoke & Vape Shop, tienda ubicada en la colonia Roma con más de dos años de antigüedad, subrayó que la actividad de ese tipo de negocios ha tenido un repunte en los últimos años debido a un cambio en el "estilo de vida" de las personas, quienes buscan algo más saludable para consumir que el tabaco tradicional y, pese a que la mariguana es una sustancia catalogada como nociva para los consumidores por la Ley General de Salud y las autoridades médicas del país, muchos consideran que hace menos daño que otras sustancias.

"Las ventas aumentan en la medida en que más personas lo dejan de ver como el tabú que era hace apenas unos años", afirmó Ruiz, detrás del mostrador mientras enseñaba a un cliente una pipa de cristal. "Al principio, hace un par de años, la gente solamente se acercaba y ni preguntaba, hoy son más abiertos y eso beneficia al negocio, sin duda".

Según datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat), elaborada por la Comisión Nacional contra las Adicciones, en México hay cada vez un mayor número de personas que aseguran que en algún punto de su vida han consumido mariguana. En 2016, 8.6 por ciento de la población mexicana había probado esa droga, en tanto que en 2011 solo 6 por ciento lo había hecho.

Ruiz mencionó que ninguna smoke shop bien establecida pretende promover directa y activamente el consumo de mariguana entre sus clientes. "A nadie que llegue se le dice que esto u otro producto es para consumir mota", dijo. "Si ellos preguntan se les explica lo que pueden hacer con él, pero nada más".

Su socio, añadió, ya ha comenzado la expansión de otras tiendas bajo el concepto de Capital. Actualmente ya tiene dos en Interlomas y quizá, más adelante, podrían abrir otras sucursales en el sur de la ciudad. Ruiz mencionó que la ventaja de las nuevas locaciones es que el poder adquisitivo de los clientes es mucho mayor y por lo tanto las cuentas que se permiten pagar en las tiendas, también es superior.

Este avance ya ha encendido algunos focos amarillos.

Uno de los más importantes es que pese a que los accesorios para fumar no tienen restricción alguna, salvo los cigarros electrónicos que las tiendas suelen importar en cantidades pequeñas para evitar problemas con la autoridad, se ha comenzado a desarrollar un negocio paralelo de compra y venta de semillas de mariguana, que aunque podría parecer legal, no lo es.

"Hubo una reforma el 19 de junio de 2017 a la Ley General de Salud que permitió, bajo ciertas restricciones, la importación y comercialización de productos de tetrahidrocannabinol, que es la sustancia activa de la mariguana, con fines médicos y terapéuticos, pero en realidad no hay una mayor permisividad para la comercialización de la mariguana como tal", explicó Omar Hernández, abogado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. "El problema es la falta de detalle en la legislación, que a muchos les parece confusa y podría parecer que no hay restricciones para el tema de las semillas, pero sí hay y es más complicado".

Hernández aseguró que una de las formas de darse cuenta de que las áreas grises que existen en la ley en torno al consumo de la mariguana son reales es que el mercado se le ha ido adelantando a la legislación y está creciendo sin una regulación adecuada.

Y en un tema como el consumo de una droga, la regulación es fundamental para evitar un mercado controlado por algunos jugadores que puedan ejercer presión sobre las autoridades o uno demasiado controlado que derive en un nuevo mercado negro, comentó Armando Santacruz, consejero de México Unido contra la Delincuencia e integrante de Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART).

"¿Qué nos dice esta explosión de tiendas para accesorios para fumadores de mariguana y el propio consumo? Pues nos confirman el fracaso total de la prohibición y la existencia de un mercado que está en demanda de un producto", dijo. "Para mí, la proliferación de estas tiendas es la manifestación del consumo que hay y el mercado que existe y aún no está completamente atendido; pese a la prohibición y el Estado omiso que no ha entrado a regular un producto, nos habla de un mercado atractivo, dependiendo de la regulación que se genere".

El modelo ideal, opinó, es uno similar al uruguayo, en la que el Estado es el responsable absoluto de la producción y comercialización de la mariguana, y no uno como el de Colorado, en donde existe una mucha mayor libertad de producción y comercialización para el sector privado, pero que ha generado grandes industrias con un fuerte poder de presión.

Santacruz es además una de solo cuatro personas en México a la que la Suprema Corte permitió sembrar, consumir e intercambiar mariguana, mas no comercializarla. Como activista a favor de la despenalización, aseguró que hay en el mundo diversos modelos a seguir para tener una regulación adecuada de las smoke shops y, eventualmente, de la propia mariguana. La clave, añadió, será tener reglas que no ahorquen demasiado a los comercios de accesorios para fumadores y así evitar que se genere un mercado negro de esos productos.

"Seamos realistas, en un país donde la mayoría de la población es menor de edad, es solamente comprensible que conforme crezcan y prueben la mariguana el consumo irá en aumento", consideró. "Hay un mercado atractivo si tienes la regulación adecuada, hasta ahora tenemos una gran simulación para que las buenas conciencias se sientan bien".

Juan Lecanda de The High Shop sabe que la oportunidad que se les ha presentado es importante. Él y sus socios lo han sabido desde el inicio, sus ventas crecen y creen poder adaptarse a los cambios que planee la autoridad hacia adelante. Lo único que en realidad quieren ahora es que sea el mercado y su ingenio el que les permita seguir avanzando, independientemente de lo que sus clientes decidan consumir con sus productos. Desde luego, no olvida que la mariguana es ilegal, pero que la percepción sobre su consumo cambia rápidamente. Y también está consciente de que tiene entre manos un negocio muy atractivo, tanto que a la menor provocación no tiene duda en preguntarlo: "¿Quieres comprarnos una franquicia?".

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