Historias de NegoCEOs

La ruta de José Antonio González en Pemex

El pasado 6 de septiembre los medios veracruzanos reseñaron un encuentro que hoy cobra sentido para entender el futuro de Pemex. Y para no hacerse ilusiones equivocadas, sobre el plan de reestructura que se anunciará próximamente. Un día antes, el sábado 5 de septiembre, aterrizó en el Aeropuerto de Canticas un avión privado del que descendieron Carlos Romero Deschamps y su hija Paulina. El líder sindical de Pemex había llegado a Coatzacoalcos –donde la empresa tiene uno de sus principales centros de operaciones– no a trabajar, sino a una fiesta de la familia González Anaya.Durante el festejo, a Romero Deschamps y a José Antonio González Anaya, entonces director general del IMSS, se les vio platicando por varios minutos y en diferentes ocasiones, según notas de los medios veracruzanos. El columnista del Diario del Istmo, Federico Lagunes, fue más allá: “¿’Pepe Toño’ a Pemex?”, tituló su texto del 6 de septiembre en el que se confirmaba el rumor surgido días atrás sobre que González Anaya sustituiría a Emilio Lozoya al frente de Pemex.Y así fue. El presidente Enrique Peña Nieto anunció el 8 de febrero que González Anaya dirigirá a Pemex quizá en la peor coyuntura que ha atravesado desde su creación en 1938.Experto en pensiones y reestructuras, González Anaya ya adelantó que la reingeniería de Pemex no incluirá agresivos recortes de personal –como sí lo están haciendo las petroleras en el mundo– y mucho menos nuevos acuerdos con el sindicato petrolero para reducir sus privilegios.Lozoya firmó un acuerdo con el sindicato en noviembre pasado que ya olía a rescate. Se modificó el sistema de pensiones al aumentar de 55 a 60 años la edad de jubilación de los trabajadores con menos de 15 años en la empresa. El moto del ahorro derivado de este nuevo esquema sería duplicado y asumido como deuda pública por el gobierno federal. En diciembre, Hacienda anunció que se endeudaría hasta por 50 mil millones de pesos para cubrir el pago de pensiones y jubilaciones de trabajadores de Pemex.Para evitar reducir los privilegios del sindicato que dirige Romero Deschamps y cumplir con la condición de reducir costos y gastos para obtener la capitalización de Hacienda, González Anaya se enfocará en la venta de activos, las asociaciones con empresas privadas y la puesta en marcha de diferentes vehículos de inversión, incluida la Fibra E.De acuerdo con fuentes de la empresa, la instrucción que González Anaya lleva a cada junta es la de monetizar activos en todas las áreas posibles. Uno de los esquemas que se barajan para hacerlo es que 30 por ciento del activo lo tome el operador, 60 por ciento se vaya a las Fibras y Pemex se quede con el 10 por ciento restante.Los activos de transporte y almacenamiento son los más viables para ser monetizados con este esquema, y de forma más rápida, aunque la idea es encontrar oportunidades en todas las áreas y subsidiarias de Pemex.Por otro lado, la petrolera ya tiene identificadas 10 posibles alianzas con compañías privadas a través de los llamados farm-outs que se espera sean anunciados en breve, pues la instrucción es acelerar estos procesos.Estos esquemas irán acompañados de una reducción al presupuesto de Pemex para este año, que seguramente será anunciada por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en los próximos días junto con el recorte al gasto público.Esta es la ruta que va a seguir el nuevo CEO de Pemex, cuyos estudios de economía en Harvard y de ingeniería mecánica en el MIT, así como su experiencia en diferentes cargos públicos en México, se pondrán a prueba en lo que será uno de los turnarounds más complicados en la historia de la mayor empresa del país.Mientras tanto, Romero Deschamps, imperturbable, seguirá partiendo el aire en sus jets privados o en alguno de sus 3 yates, adornando sus muñecas con Audemars Piguet de 40 mil dólares, disfrutando de sus casas en la playa, regalando Ferraris a sus más queridos y, por supuesto, haciendo negocios en la cantina Cuchilleros, a una calle del Senado, de donde se resiste a salir por miedo a perder el fuero.Posdata 1A diferencia del líder sindical, González Anaya no acostumbra los lujos: maneja camionetas Toyota o Honda, tiene una sola casa, algunas obras de arte y joyas. Su familia, empero, le heredó ya cinco terrenos y una casa, según su declaración patrimonial. Posdata 2En la columna anterior se mencionó que Facebook abrió oficinas en México en 2008 y la fecha correcta es en septiembre de 2012.

El pasado 6 de septiembre los medios veracruzanos reseñaron un encuentro que hoy cobra sentido para entender el futuro de Pemex. Y para no hacerse ilusiones equivocadas, sobre el plan de reestructura que se anunciará próximamente.

Un día antes, el sábado 5 de septiembre, aterrizó en el Aeropuerto de Canticas un avión privado del que descendieron Carlos Romero Deschamps y su hija Paulina. El líder sindical de Pemex había llegado a Coatzacoalcos –donde la empresa tiene uno de sus principales centros de operaciones– no a trabajar, sino a una fiesta de la familia González Anaya.

Durante el festejo, a Romero Deschamps y a José Antonio González Anaya, entonces director general del IMSS, se les vio platicando por varios minutos y en diferentes ocasiones, según notas de los medios veracruzanos. El columnista del Diario del Istmo, Federico Lagunes, fue más allá: "¿'Pepe Toño' a Pemex?", tituló su texto del 6 de septiembre en el que se confirmaba el rumor surgido días atrás sobre que González Anaya sustituiría a Emilio Lozoya al frente de Pemex.

Y así fue. El presidente Enrique Peña Nieto anunció el 8 de febrero que González Anaya dirigirá a Pemex quizá en la peor coyuntura que ha atravesado desde su creación en 1938.

Experto en pensiones y reestructuras, González Anaya ya adelantó que la reingeniería de Pemex no incluirá agresivos recortes de personal –como sí lo están haciendo las petroleras en el mundo– y mucho menos nuevos acuerdos con el sindicato petrolero para reducir sus privilegios.

Lozoya firmó un acuerdo con el sindicato en noviembre pasado que ya olía a rescate. Se modificó el sistema de pensiones al aumentar de 55 a 60 años la edad de jubilación de los trabajadores con menos de 15 años en la empresa. El moto del ahorro derivado de este nuevo esquema sería duplicado y asumido como deuda pública por el gobierno federal. En diciembre, Hacienda anunció que se endeudaría hasta por 50 mil millones de pesos para cubrir el pago de pensiones y jubilaciones de trabajadores de Pemex.

Para evitar reducir los privilegios del sindicato que dirige Romero Deschamps y cumplir con la condición de reducir costos y gastos para obtener la capitalización de Hacienda, González Anaya se enfocará en la venta de activos, las asociaciones con empresas privadas y la puesta en marcha de diferentes vehículos de inversión, incluida la Fibra E.

De acuerdo con fuentes de la empresa, la instrucción que González Anaya lleva a cada junta es la de monetizar activos en todas las áreas posibles. Uno de los esquemas que se barajan para hacerlo es que 30 por ciento del activo lo tome el operador, 60 por ciento se vaya a las Fibras y Pemex se quede con el 10 por ciento restante.

Los activos de transporte y almacenamiento son los más viables para ser monetizados con este esquema, y de forma más rápida, aunque la idea es encontrar oportunidades en todas las áreas y subsidiarias de Pemex.

Por otro lado, la petrolera ya tiene identificadas 10 posibles alianzas con compañías privadas a través de los llamados farm-outs que se espera sean anunciados en breve, pues la instrucción es acelerar estos procesos.

Estos esquemas irán acompañados de una reducción al presupuesto de Pemex para este año, que seguramente será anunciada por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en los próximos días junto con el recorte al gasto público.

Esta es la ruta que va a seguir el nuevo CEO de Pemex, cuyos estudios de economía en Harvard y de ingeniería mecánica en el MIT, así como su experiencia en diferentes cargos públicos en México, se pondrán a prueba en lo que será uno de los turnarounds más complicados en la historia de la mayor empresa del país.

Mientras tanto, Romero Deschamps, imperturbable, seguirá partiendo el aire en sus jets privados o en alguno de sus 3 yates, adornando sus muñecas con Audemars Piguet de 40 mil dólares, disfrutando de sus casas en la playa, regalando Ferraris a sus más queridos y, por supuesto, haciendo negocios en la cantina Cuchilleros, a una calle del Senado, de donde se resiste a salir por miedo a perder el fuero.

Posdata 1
A diferencia del líder sindical, González Anaya no acostumbra los lujos: maneja camionetas Toyota o Honda, tiene una sola casa, algunas obras de arte y joyas. Su familia, empero, le heredó ya cinco terrenos y una casa, según su declaración patrimonial.

Posdata 2
En la columna anterior se mencionó que Facebook abrió oficinas en México en 2008 y la fecha correcta es en septiembre de 2012.

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