La epidemia de Roya en Centroamérica ha sumergido al cultivo del café en una crisis que plantea nuevos y complejos retos para la cadena productiva en general, desde los pequeños productores hasta las cooperativas que aglutinan a centenares de pequeñas fincas a lo largo y ancho de Centroamérica.
En específico, el cultivo de café verde ha visto reducida su productividad en los últimos años: algunas fincas han tenido impactos en la producción de hasta 60 por ciento, situación que contrasta con el mercado del café de especialidad a nivel mundial que crece a ritmos de doble dígito en algunos países asiáticos y en Latinoamérica.
La crisis de la producción de café verde en Centroamérica tiene su origen probablemente en el cambio climático que ha estimulado el avance de una enfermedad comúnmente conocida como Roya del Cafeto en una de las zonas productoras más importantes del mundo.
Roya es un tipo de hongo que ataca las hojas de los cafetos interrumpiendo la fotosíntesis y provocando la muerte de la planta.
A modo de referencia, es importante destacar que Centroamérica produce una quinta parte de la producción mundial de café, una región cafetalera que va desde Chiapas hasta Panamá y que produce cafés de muy alta calidad que son capaces de rivalizar con cafés de África Oriental cuyos cafés son altamente apreciados en el mercado internacional.
En 2002 y 2003 la industria había experimentado una fuerte crisis en la producción de café con un decremento en las cosechas de la región Asia-Pacífico de un 15.2 por ciento y una caída de 9.7 por ciento en la producción de café en Centroamérica (México incluido).
Con ello, se presentaron afectaciones en los indicadores macroeconómicos de varios países y la recaudación de impuestos en las zonas productoras, aumentando el riesgo de efectos sociales, económicos y ambientales para estas comunidades como el desempleo, la deforestación y el riesgo de proliferación de cultivos ilegales.
En un reciente viaje a la Región Fraylesca, donde se produce la mayor parte del café que Starbucks compra en Chiapas y donde se localiza una de las más importantes reservas naturales del país, La Biosfera del Triunfo, tuve la oportunidad de conocer el proyecto de un Vivero que tiene por objetivo la Renovación de los Cafetales y cuya meta inicial es producir dos millones de plantas en 2014.
Ésta es una práctica agrícola que ha tenido un gran éxito en países como Colombia, donde se ha logrado mantener e impulsar la productividad de los cafetales.
Sin duda, es importante retomar el concepto oriental de crisis cuyo significado también implica oportunidades, ante la amenaza de la roya, también existen oportunidades para aumentar la productividad y competitividad de los cafetales chiapanecos.
Cada vez más, resulta imprescindible que todos los actores sociales, económicos y ambientales colaboren en la generación de ideas, tecnología e innovación para contrarrestar los efectos del cambio climático en las distintas esferas del quehacer humano.
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