Bajío

Bajío: nuevos rostros / I

La población inmigrante de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí  proviene de diversas entidades del país y del extranjero, pero tienen algo en común: llegaron al Bajío a construir una nueva historia y en el mediano plazo una nueva sociedad. 

Cuando analizamos la economía del Bajío comúnmente comparamos datos o variables a nivel macro como producción, empleo, inversión extranjera directa, entre otras; también se analiza desde la óptica agregada datos sociodemográficos. Sin embargo, pocas veces -por escasez o restricción de información- se hace el análisis con una visión detallada de la situación socioeconómica de una región.

En esta ocasión, aprovechando la reciente publicación de los resultados de la Encuesta Nacional de los Hogares, construimos información para analizar a la población inmigrante de las entidades de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí. Personas que, provenientes de otros estados o del extranjero, llegaron a vivir a esta zona del país en los últimos cinco años.

Para este grupo de población analizamos rasgos principales como edad, situación de convivencia, escolaridad y lugar de origen; para posteriormente clasificar su nivel socioeconómico y principales características de la vivienda que habitan.

De esta manera, entenderemos detalladamente las condiciones de vida de los nuevos rostros del Bajío; es decir, aquellas personas que llegaron para construir una nueva historia y en el mediano plazo una nueva sociedad.


De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de los Hogares, 28 por ciento de los nuevos pobladores del Bajío provienen de la capital del país o del Estado de México; 16 por ciento llegó desde Estados Unidos; en tanto que 33 por ciento de las personas que hoy radican en esta región, antes vivía en alguna de los siguientes entidades: Michoacán, Nuevo León, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas y Jalisco.

En situación de convivencia 58 por ciento de la población de este segmento vive en pareja mientras que la proporción restante declaró soltería u otra forma de estado civil. Cabe mencionar que la edad promedio de los nuevos inquilinos es de 32 años; una condición económica y laboral relevante para esta región de México.

En cuanto a nivel de escolaridad, considerando personas mayores de 24 años, 3 de cada 10 cuenta con licenciatura o un nivel de estudios superior; en tanto que 18 por ciento cuenta con educación media superior. Visto desde otra arista, la mitad de la población inmigrante tiene como máximo 12 años de escolaridad, contados desde el preescolar.

Si usted en una reunión o en el trabajo se encuentra con alguien que no nació en el Bajío es altamente probable que escuche alguna gran historia de la costa del Golfo de México; platique del tránsito automovilístico en comparación con el de la zona metropolitana de la Ciudad de México; hable inglés; o, le haga discernir entre cabrito, birria y barbacoa.

*Director General de Forecastim SC y editor de la revista Triángulo Industrial Bajío.
rtrejo@forecastim.mx

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