Bajío

Bajío: más empleo pero menos confianza del consumidor

Siendo el consumo duradero una variable eficaz para explicar cualitativamente la salud económica de los hogares, habría que preguntarnos sobre la calidad de los empleos y su remuneración; o sobre el poder adquisitivo de las familias

En días recientes el INEGI dio a conocer los resultados de la encuesta de ocupación y empleo al primer trimestre de 2017; las estadísticas son alentadoras para la zona del bajío, mostrando la mayor tasa de ocupación en más de una década, sin embargo esto no fue suficiente para generar en las familias de la región un sentimiento importante: confianza en el consumo.

La población ocupada en las ciudades de León, Guanajuato; y las capitales de Querétaro y San Luis Potosí fue de 1 millón 566 mil personas en conjunto. De forma aislada este dato dice poco, pero si lo comparamos con la población económicamente activa (PEA) tenemos que 96.6 por ciento de dicha población se encuentra ocupada, la tasa de ocupación más alta desde que se tiene registro.

Visto desde otra perspectiva, en el Bajío se reportó una tasa de desempleo de 3.4 por ciento, la más baja de los últimos 12 años; superando incluso a los niveles de ocupación del periodo previo a la crisis subprime.

Si bien observamos un momento positivo en materia de empleo, la confianza del consumidor en las ciudades mencionadas anteriormente no reaccionó en congruencia con los cifras laborales; una disyuntiva que hay que cuestionar.

Una de las variables que modifica la perspectiva de consumo es el ingreso, especialmente considerando que el 68 por ciento de los ingresos de los hogares proviene del factor trabajo. Dicho esto, sería lógico pensar que el incremento en las tasas de ocupación generaría mejores niveles de confianza; pero esta lógica aquí no aplica.

Proveniente de la encuesta mensual que publica el INEGI, elaboramos con las entrevistas levantadas en las entidades de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí el Índice de Confianza del Consumidor del Bajío (ICCB). Ya hemos abordado previamente este tema.

El ICCB se ubicó en promedio en 68.6 puntos en el primer trimestre de este año, en comparación con un promedio de 92.3 y 88.1 puntos del cuarto trimestre de 2015 y primer periodo de 2016 respectivamente; en aquel entonces la tasa de desempleo rondaba el 5 por ciento de la PEA. Como puede ver, a menor tasa de ocupación más confianza del consumidor. ¿Cómo se explica esto?

Atendiendo exclusivamente a los resultados de la encuesta, hay pesimismo en lo que concierne a las condiciones de la economía nacional, pero las calificaciones más bajas se observan en la evaluación de los hogares respecto a la posibilidad de realizar compras de bienes duraderos.

Siendo el consumo duradero una variable eficaz para explicar cualitativamente la salud económica de los hogares, habría que preguntarnos sobre la calidad de los empleos y su remuneración; o sobre el poder adquisitivo de las familias –inflación-. Uno de estos dos factores, o quizás los dos, podrían explicar por sí mismo los resultados de confianza del consumidor ¿Qué opina usted?

*Director general de Forecastim SC y editor de la revista Triángulo Industrial Bajío. rtrejo@forecastim.mx


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