Para Guanajuato reducir la informalidad laboral representa un reto, dado el abultado número de personas que se emplean de manera informal, el cual supera al grupo de empleados formales.
Al tercer trimestre del 2014, todas las modalidades de empleo informal sumaron casi un millón 450 mil personas, mientras que los formales sumaron alrededor de 963 mil 157 personas.
Si bien hubo un descenso de 2.6 por ciento del número de informales con respecto al tercer trimestre del 2013, la tasa de informalidad en la entidad se colocó en 60.1 por ciento de la población ocupada, nivel superior al promedio nacional de 58.1 por ciento, esto de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Este organismo indicó que poco más de 730 mil conformaron específicamente la ocupación en el sector informal —actividades económicas de mercado que no se constituyen como empresas—, cifra que significó un decremento de 1.1 por ciento anual y constituyó 30.3 por ciento de la población ocupada.
De manera contraria, el número de ocupados informales que más creció en el tercer trimestre del 2014 fue el del trabajo doméstico remunerado con un total de 115 mil 831 personas, cifra mayor en 12.8 por ciento a la registrada en igual periodo del 2013.
También los trabajadores informales en el ámbito agropecuario aumentaron 6 por ciento y sumaron 261 mil 534 personas, esta cifra como proporción del total de empleos informales representa el 18 por ciento.
En Guanajuato, así como en muchas otras entidades es frecuente encontrar ocupados que pertenecen a una empresa formalmente constituida pero que no reciben prestaciones de seguridad social; en estas condiciones trabajan en empresas, gobierno e instituciones un total de 342 mil 228 personas. Esta cifra mostró una reducción de 14.6 por ciento, lo que podría estar indicando que dicho tipo de instituciones empiezan a mejorar las condiciones de empleo.
El INEGI señala que la tasa de informalidad laboral (TIL) es resultado del cociente de la ocupación informal total con respecto a la población ocupada total, da cuenta del porcentaje de ocupados que carecen de la protección de la seguridad social básica por parte de su trabajo, que es el acceso a los servicios de salud, o bien por laborar en unidades económicas no registradas, condición que los coloca en una situación de vulnerabilidad para hacer valer las garantías laborales elementales.
Guanajuato es la entidad con el nivel más alto de informalidad laboral en el Bajío; presenta una tasa de 60.1 por ciento, frente a 45.9 por ciento de Querétaro y de 58.8 por ciento en San Luis Potosí según las estadísticas del INEGI.
No obstante, la cifra de informalidad en la economía guanajuatense tiende a bajar; de hecho la tasa señalada es la tercera más baja de los últimos cuatro años. El nivel más alto se observó en el tercer trimestre de 2012 con una tasa de 64.1 por ciento.
Otras entidades que muestran un nivel de informalidad similar al de Guanajuato son Campeche, Morelos, Nayarit, San Luis Potosí, Tabasco, Yucatán y Zacatecas, cuya tasa de informalidad laboral se ubica en un rango de 58.6 a 66.3 por ciento respecto al total de la población ocupada.
Pese a que la permanencia de la economía informal responde a diversas causas, resalta la insuficiencia o ineficacia de las estrategias de crecimiento que hasta ahora se han adoptado en el país con el fin de cubrir las necesidades de empleo, aunque también ha resaltado la opinión de empresarios que señalan el alto costo que implica la formalidad.